“Me llamo Isabel Picorel, estoy sola con mis tres hijos, mi marido ha cruzado las líneas para luchar por la República. El 26 de agosto de 1936 escapo de casa con los niños porque me avisan que van a detenerme. Al día siguiente vuelvo a casa a recoger algunas cosas y encuentro a los falangistas esperándome, me fusilan enseguida en una cuneta junto a tres hombres, no tuve juicio ni abogados ni sentencia, mi familia sigue esperando justicia.
¿Hasta cuándo?”
Este testimonio, interpretado en primera persona por la conocida actriz Carmen Machi, corresponde a Isabel Picorel Celada y se puede ver aquí:
Isabel vivía en Langre (municipio de Berlanga del Bierzo, León) cuando se produce el golpe de Estado que da origen a la guerra civil española. Tiene 42 años. Su marido, Ramón Moreira minero que había trabajado en varias explotaciones de la zona, se incorpora a las fuerzas de la República en Asturias para defender la democracia.
El 26 de agosto, cuando los fascistas
entran en Langre, se refugia en el monte con sus 3 hijos de 11, 13 y 16 años.
Al día siguiente, de madrugada y en compañía de su hijo mayor, Isabel decidió
bajar al pueblo a por algunas pertenecías y algo de dinero. Los niños pequeños
esperaban en el monte. Su madre ya no volvió. Los falangistas estaban
esperándola. Aquella noche en que ella los arropó con sus brazos mientras
dormían al raso fue la última.
El 28 de agosto de 1936 es conducida a
Fresnedo en un camión junto a Cipriano
Alonso Campillo de 44 años y también vecino de Langre y a Sergio Rodríguez Prieto de 27
años y Bernardino Carro Prieto de
21 años, ambos del contiguo pueblo de Tombrio de Arriba. En una curva de la
carretera los pistoleros falangistas los asesinan y entierran en una fosa común.
Los niños emprenden un periplo que los lleva a pie desde
Langre hasta Asturias, y al más pequeño de ellos, Vicente, hasta Leningrado en
la Unión Soviética que
hemos relatado en otros artículos de Nuestra Historia. A partir de ahí su vida es una constante
huida de la guerra. En su marcha,
siempre decía que el recuerdo de aquella noche en los montes de Langre le
persiguió siempre.
Finalmente el 8 de septiembre de 2001 el cuerpo
de su madre fue exhumado. La primera mujer recuperada mediante medios
científicos por la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica.
Vicente exclamó entonces: «Llevaba toda la vida esperando esto. Ya me puedo morir».
No hay comentarios:
Publicar un comentario