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miércoles, 5 de noviembre de 2025

Impresiones de un sutista sobre Villablino, 1968

El Servicio Universitario de Trabajo o SUT fue una iniciativa que facilitó una aproximación entre los estudiantes y el mundo obrero, y que intervino de forma significativa en la Transición …” explican en la web de la Asociación de Amigos del SUT, que contiene un valioso archivo histórico digitalizado y que nos ha permitido acceder a materiales como el que hoy presentamos. Dicho lo cual, animamos a nuestras lectoras y lectores a utilizarlo como herramienta para sacar posible información sobre sus pueblos o nuestras comarcas.

¿Alguien puede imaginar a Jaime Peñafiel en la mina? Pues lo estuvo en Hulleras de Sabero (León). Y es que por sus campamentos de trabajo pasaron unos 13.000 universitarios entre los que destacan reconocidos abogados, ministros, periodistas, diputados o sindicalistas. Algunos nombres propios como Agustín Maravall, Francisco Fernández Marugán, Manuel Castell, Vázquez Montalbán; Xabier Arzallus, Pasqual Maragall, Emma Cohen, Ramón Tamames, Viçenc Navarro, José María Maravall, Javier Pradera, Nicolás Sartorius, Cristina Almeida o Manuela Carmena.

En el de 1968 participaron 25 universitarios distribuidos por distintos pueblos de la comarca, incluyendo también Babia y el Alto Sil, dirigidos por Butique Sanz y con la presencia de la sanitaria M.ª Pilar Criado. Seis se encontraban en Villablino, cuatro en Caboalles de Abajo, tres en Villaseca, y el resto repartidos entre Palacios del Sil, Páramo del Sil, Sosas de Laciana y otras localidades más pequeñas. Entre los participantes en estas comarcas destaca M.ª Pilar Castrillo Criado, quien desarrolló posteriormente una relevante carrera académica como investigadora en lógica, historia y filosofía de la ciencia en la Universidad Nacional de Educación a Distancia (UNED).

En la campaña desarrollada en El Bierzo participaron figuras que más tarde destacarían en distintos ámbitos académicos y políticos, como Alberto Ruiz Secchi, abogado y dirigente socialista que llegaría a ocupar responsabilidades en el Gobierno de Felipe González; Manuel Titos Martínez, historiador y catedrático de la Universidad de Granada; o Laureano de Frutos Ayuso, que desarrolló una prolongada trayectoria universitaria. Otros fueron Ángeles Ríos Segura o Carlos Garriga González, también vinculados posteriormente a la actividad cultural y educativa, lo que muestra el nivel y la proyección de quienes tomaron parte en aquella experiencia.

La campaña de 1968 en la provincia de León es convulsa. Especialmente por la participación de los universitarios en la huelga de los mineros de Antracitas de Gaiztarro en Matarrosa, que acabará con su expulsión y supondrá el principio del fin del SUT.

Hoy publicamos un texto recogido en el Boletín de Campaña editado por la Secretaría de Información, una estampa costumbrista sobre Villablino. Ciertamente tiene un “tufo” a urbanita y la calidad literaria no es “muy allá”, pero nos permite asomarnos a algunos aspectos de la vida del pueblo, como sus calles o el TeleClub.

El artículo está escrito con un tono entre paternalista y curioso, propio de quienes se acercaban al mundo minero desde fuera. Refleja la mirada externa sobre una sociedad en transformación, en la que convivían las labores agrícolas tradicionales con la minería y una incipiente modernización. Las referencias al TeleClub, la educación o la sanidad ofrecen una imagen muy ilustrativa de la vida cotidiana en el valle de Laciana en los últimos años del franquismo, entre la precariedad material y la búsqueda de nuevos espacios culturales y de sociabilidad.

Dejamos a nuestras y nuestros lectores las conclusiones sobre el relato que reproducimos a continuación, y les invitamos a que, tras la lectura, nos dejen sus impresiones, anécdotas o comentarios sobre lo que cuenta o si llegaron a convivir con estos universitarios.

 “RECUERDOS DE VILLABLINO.

 (24 HORAS EN LA VIDA DE UN PUEBLO)- PANA VISION Y TECNICOLOR.

 Las calles presentan todas el mismo aspecto. Embarradas, mierdas de vacas, casas antiguas, algunas derruidas, otras, muy pocas, en estado de construcción.

Hay varias fuentes. El universitario dice que hay bastantes. Allí se lava la ropa y bebe el ganado.

Todo es trabajo; de la mina al campo, do las galerías subterráneas donde hay que sacar el carbón incrustado en la tierra a los prados, con ese verde especial para cortar hierva.

Cuando anochece se ven por la carretera carros tirados por una yunta de bueyes llenos hasta lo increíble de pasto.

Estos bueyes, color tierra, son una pieza fundamental en la vida do estos mineros campesinos.

El hombre va delante,. Cuando so cruza con un coche, con pasmosa tranquilidad echa los bueyes hacia la cuneta con la "guijada", palo con un pincho en un extremo clavándoselo al animal en el cuello. Todo esto, lo hace con enorme tranquilidad. Diríase, que hasta los coches se ponen nerviosos y se lo retuercen los tornillos cuando ven pasar los bueyes por su lado con tanta parsimonia.

Preguntamos por el universitario. Nos dicen en aquella casa señalándonos con la mano. Es una tienda. Allí conocemos al "presidente", no hay nada de particular. Juntos nos vamos en busca del cura.

Al tele-club le faltan muchas cosas. No tiene calefacción. En invierno, la época de menos trabajo, es imposible estar allí. Así no hay medio de atraer a la gente que por otra parte es reacia con la iglesia. El ministerio do Información y Turismo no deja de mandar propaganda y los libros quo nos dan son malos…

El cura puedo tenor 45 ó 50 años. Nos da la llave del local. El médico de Villablino nos dijo que se interesaba mucho por los "problemas sociales".

Le decimos, que quizás no había que enfocar el Teleclub cono una casa de acción católica, que debe dar cabida a todo el pueblo. Para ello debía ser más flexible.

Que si había posibilidad de dar charlas, que se dieran, siempre que se hablara objetivamente de los problemas existentes en el pueblo; la escasa educación de los niños, la asistencia médica, los problemas que acarrea el minifundio. Que tele guía os bastante ejajonante… que si había posibilidad de buscar otros libros otras revistas.. ....

Nos dice que si tuviera que fundar otra vez el mismo Tele Clbu, no lo haría, da muchos quebraderos de cabeza.

El local lo pagó una señora mejicana, pero el presupuesto salió por lo bajo y el tuvo que desembolsar unos cuantos miles de pesetas.

La proyección fue buena. Al terminar cenamos en casa de la francesa. Nos habló de muchas cosas de la guerra, de los camioneros, de la gente del pueblo… Al bueno de Modesto lo confundió con un transportista de galletas.”

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