El
año pasado publicamos el artículo “40 años del accidente del grupo Río de
Combustibles de Fabero”. El 19 de noviembre de 1984 una explosión de grisú en
el grupo Río (COFASA), provocada por la falta de ventilación durante el fin de
semana, causó 8 muertos y 9 heridos en uno de los peores accidentes de la
minería berciana; los sindicatos denunciaron de inmediato la negligencia
empresarial, y la sentencia de 1988 confirmó responsabilidades por imprudencia
temeraria. Fue un antes y un después en seguridad minera y en la exigencia de
justicia para los trabajadores.
Recibimos el día con una doble
tristeza: ayer una sentencia nos devolvía a la injusticia tan habitual en las
cuencas mineras, absolviendo a los responsables del asesinato de seis mineros
por una fuga de grisú en el Pozo Emilio de la Hullera Vasco Leonesa (28 de
octubre de 2013). Nuevamente la tardanza, nuevamente el “accidente fortuito”,
nuevamente la connivencia con los resortes de poder.
El
Video-Poema 1984 “está inspirado en las
tierras de mineros; en todas ellas se sabe del sufrimiento y la pena de los
accidentes. En 1984 España se enlutó por el accidente en la localidad berciana
de Fabero”, se puede leer en la descripción del vídeo.
Escrito
y recitado por Isma Villasol, comienza
explicando:
“En
aquel año de 1984, yo era apenas nada más que un niño, pero en el valle todos
sabíamos lo que era la muerte. Los accidentes de la mina silenciaban la tierra
y dejaban a todo el mundo en silencio. Una tristeza que inundaba hasta los
juegos de los patios a la hora del recreo en los colegios. Este poema fue
inspirado por uno de los muchos incidentes que cobraron la vida a los hijos de
la tierra, los mineros.”
Recomendamos
su visualización en YouTube, donde gana en fuerza gracias a la música y la
imagen:
- https://www.youtube.com/watch?v=zLGaiqMMwFE
1984
(Ismael Villasol)
Amanece en mil 1984,
cruzamos andando los raíles del negro,
¡estruendo! la tierra tiembla,
en el valle, como belcebú, taconea,
olor a muerte, sabor a grisú.
La mina agria la vida,
la parca se lleva a 8 en Fabero,
piso 17 mil llantos al asquerosoles Hades,
huérfanos sin abrazos en el pozo berciano
repleto de polvo negro y aire quemado.
Los que se van tienen la cara tiznada,
las manos negras como el alma del que paga,
las entrañas escupen carbón que calienta la ciudad.
allá donde la mina solo suena a suciedad.

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