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Nuestra historia, a modo de presentación

martes, 12 de agosto de 2025

“Una larga y silenciosa semana de fiestas en Villablino”, San Roque 1985

Este es el título que el Nº 7 de Laciana Actualidad, un periódico local de la época, dio en su número de septiembre sobre los hechos acaecidos, y los que no pudieron ser, en las fiestas de San Roque 1985 en Villablino.

Esta es la segunda entrega tras el reportaje “Las fiestas de Villablino 1985, las llamadas a romper el “maleficio” de las fiestas que caen en 5” en el que dimos algunas pinceladas de la programación festiva y dejábamos caer lo que sucedió. Para escribirlo hemos utilizado las páginas del periódico que recoge en varios números análisis de un tema que coleó en la sociedad lacianiega durante tiempo. Aprovechando, y animando, a nuestras lectoras y lectores a que nos cuenten sus recuerdos, impresiones y sensaciones de aquellas fiestas que pudieron ser, y no fueron.

En las páginas del periódico se describe, al margen de las pérdidas y no ganancias, para ayuntamiento y hosteleros, lo aciago que fueron aquellos “días festivos, en los que los centros de trabajo cerraron, supusieron que los lacianiegos tuvieron o bien que quedarse en casa o bien limitarse a salir a los bares”.

Llegados hasta aquí, veamos, ¿Qué es lo que pasó?

Muchos eran los problemas que desde los meses y años anteriores estaban sucediendo en distintas pedanías y barrios de Villablino con la distribuidora eléctrica La Prohida.  El Ayuntamiento "ya tenía la mosca detrás de la oreja por lo ocurrido en la edición anterior". Lo cierto es que el 25 de enero de 1983 el Pleno del Ayuntamiento había aprobado el proyecto de urbanización de la avenida de Constantino Gancedo, tras su exposición pública y cumpliendo los trámites legales, que contemplaba que el suministro del alumbrado se conecte en el centro de transformación de la calle Vega del Palo.

La compañía alega que “estaba saturado”, aunque no es así para enganchar la obra de Horacio Hernández Rico. Cuando el consistorio pide a la empresa que le facilite los centros para las conexiones de las actividades de las fiestas. La compañía señala el centro de “Las Malvinas”. El popular nombre con el que se conoce a la urbanización de las 104 viviendas de protección social de la calle Serafín Morales de Villablino.

Cabe preguntarse si se hizo inocentemente o con premeditación... (…) ¿Qué se está pretendiendo con esta actitud? ¿Provocar la pelea callejera? ¿Desestabilizar la Institución Municipal? ¿O simplemente que siga imperando la voluntad caciquil de los dioses de este Valle?”, se cuestiona la pieza informativa.

La situación estaba que “echaba chispas” y se complicó cuando vecinos y niños de “Las Malvinas” provocaron distintos  desperfectos materiales en la instalación. Alegaban que ellos eran los únicos propietarios del transformador.
La Prohida no desmintió el rumor de que el transformador era propiedad de los vecinos alimentando la polémica.

A este contexto hay que añadir que, como nos explican algunas fuentes, por entonces Barrero era “todopoderoso” en el Valle, con dificultades para aceptar las críticas, incluso de su propio partido y con cierta prepotencia, de ahí el sobrenombre del “Zar Rojo de Laciana”.

Así que unos días antes de las fiestas se reproduce el conflicto. El enganche provisional para el polideportivo – el lugar donde estaban previstas las actuaciones musicales-  es arrancado y, posteriormente, se impidió su nueva colocación.

A su vuelta de vacaciones en Francia, la noche del jueves 8 de agosto el alcalde de Villablino, Manuel Eliecer Rodríguez Barredo, formalmente incluido en el grupo comunista, pero con graves tiranteces con su propio partido, suspendió los festejos a causa de los enfrentamientos que se estaban generando. El regidor acusó al PSOE de intentar “politizar las fiestas patronales de la localidad”, que debían iniciarse el siguiente domingo día 11.

Ahí no quedó la cuestión, sino que un “minoritario grupo de vecinos del barrio de “Las Malvinas”, deseoso de prolongar el conflicto surgido con motivo de la celebración de las fiestas patronales, interpuso por vía judicial INTERDICTO DE OBRA NUEVA”, según recogen la crónica de la época en el citado periódico.

Así la situación se repitió en el otoño impidiendo el enganche de suministro de fluido eléctrico al Instituto Obispo Argüelles lo que días antes del inicio de las clases, estuvo a punto de retrasarlas, o con la paralización de la urbanización de la avenida Constantino Gancedo.

El conflicto terminará en los tribunales, que finalmente dictan sentencia que desestima la pretensión de los vecinos denunciantes y absuelve al ayuntamiento. “¿Quién ha sido el instigador de tanta violencia? ¿Qué fines se perseguían con ella?. Esos son los interrogantes” que se preguntaba en el nº 10 de Laciana Actualidad Mario León.

Un litigio en medio de acusaciones por haber utilizado fondos de varias comunidades de vecinos y haber solicitado derramas (“si bien es cierto que no tenían carácter obligatorio.”), para sufragar los gastos judiciales. Con el fin del proceso judicial no se cerraría la herida que dejó una profunda huella en la capital del Valle de Laciana.

El maleficio de los años terminados en 5 se repitió. En 1985, siguiendo una triste serie, se volvieron a suspender las fiestas de San Roque, como en 1965 y 1985. A pesar de ello nunca es tarde si la dicha es buena, Javier Krahe y Joaquín Sabina, finalmente actuaron con motivo de la Feriona el 12 de octubre.
Así que desde Nuestra Historia, El Bierzo y Laciana, deseando que en este 40 aniversario no se repitan estos desgraciados hechos, aprovechamos para desearles. ¡Felices Fiestas!

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