Presentación

Nuestra historia, a modo de presentación

miércoles, 24 de abril de 2024

[RELATO] Un fuego helador. Joaquín Suarez.

Desde que en 2020 apareció el blog “Nuestra Historia, El Bierzo y Laciana” hemos prestado especial atención a un hecho tan grave como poco conocido. La historia de Joaquín Suarez, el minero de Antracitas de Marrón que se quemó a lo bonzo en Ponferrada para reclamar la liberación de sus compañeros detenidos por un encierro en Antracitas de Gaiztarro.

Joaquín Suarez, el mártir de los mineros de Fabero” fue el primer artículo. Continuamos con el reportaje periodístico de la época “Un minero se quemó a lo bonzo”, el “humorístico” “Poor man, rich man” Joaquín Suarez en la revista El Papus”. También asesoramos a la crónica del Diario de León “El fuego del minero que se prendió a lo bonzo en Ponferrada”. Todos ellos se pueden encontrar en nuestro blog.

Hoy continuamos divulgando estos hechos, en esta ocasión con un relato que fue premiado con el Accésit Testimonio Histórico en el XX Concurso de Microrrelatos Mineros Manuel Nevado Madrid (año 2023).

 

Un fuego helador. Joaquín Suarez

Y de repente flugh... una deflagración iluminó la plaza. Carreras. Nervios. Cargas. Gritos. Rabia. Dolor.

¡O los sueltas o me prendo fuego! Acababa de gritar. No lo soltaron y se prendió.

¡Que esos hijos de puta no me toquen! Acababa de gritar. Y no lo tocaron. Fue un Compañero, de otra empresa, de otro sindicato, de la misma clase, de la misma estirpe, quién a duras penas pudo echarle su chaqueta por encima.

¡Caerá sobre sus conciencias!, gritó otro minero indignado. No cayó nada, ni el peso de la ley, ni el de un costero, porque ellos, los causantes, no eran mineros. Tampoco compañeros.

¡Yo lo vi, y no pude hacer nada! Lamentaba otro. La impotencia se apoderó de ellos. La prepotencia, ya lo había hecho de los otros, ingenieros, empresario y el juez que dio la orden. Quienes podían haber evitado la tragedia echaron más leña al fuego.

Hubo sirenas, lamentos y acompasados ayes a la boca del calabozo del Ayuntamiento de Ponferrada. Y sentados en el suelo los mineros hicieron cruces y renegaron de Dios en multitudinario entierro 2 meses después, en Mieres del Camín.

“La revolusion… antes de comerse a sus hijos….. los frie…” Rezó el papus. Humor negro para el de la cara negra. Humor negro para el trabajador del negro mineral.

Sudario blanco para otro muerto de la mina, otro más. Murió a plena luz del día, pero lo mató la mina, y su dueño, y su Estado, y sus jueces, y sus leyes. Murió a plena luz del día, pero como en la mina, su vida se ahogó en la más absoluta oscuridad.

Nació en Mieres, trabajo en Fabero, se inmoló en Ponferrada, murió en Baracaldo. Los mineros, cómo los vascos, nacen y mueren dónde quieren, o dónde les obligan.

Se llamaba Joaquín, Joaquín Suárez, "el asturiano". El mártir de los mineros de Fabero. El 25 de abril de 1980 se quemó a lo bonzo en la Plaza del ayuntamiento de Ponferrada pidiendo la liberación de varios mineros presos, no eran de su empresa, sí de su clase, también de su estirpe. Consiguió su liberación inmediata, sin cargos. Falleció en el hospital de Cruces en Baracaldo. El 3 de junio sus compañeros lo despidieron en un multitudinario entierro en Mieres.

Que su nombre no se borre de la historia, ha quedado grabado a fuego.

 

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