Presentación

Nuestra historia, a modo de presentación

viernes, 15 de enero de 2021

El Bierzo 1970, Cotos Wagner y Vivaldi

 

Medio siglo es una distancia suficiente para reflexionar y ver cómo era y cómo ha cambiado la comarca de El Bierzo en este tiempo. Para ello desde Nuestra Historia rescatamos una serie de 8 reportajes que bajo el título “La carrera del Bierzo” recorren distintos pueblos y que el periodista Álvaro Rubio realizó en 1970 para el periódico La Vanguardia Española. En los próximos meses iremos publicándolos de forma intercalada con otros artículos.

Conocer cuál era el estado de nuestros pueblos, los sectores económicos principales y las orientaciones, expectativas y aspiraciones que tenían hace medio siglo, pueden servirnos para ver el grado de cumplimiento de esos proyectos a día de hoy.

Un recorrido entre la historia y la crónica de época que nos aporta muchas claves para comprender nuestro pasado y  presente. Este primer reportaje acerca de los Cotos Wagner y Vivaldi se centra en la minería metálica y los siempre pospuestos proyectos de realización de una siderurgia en la comarca. Comenzando por el proyectos de Juan Manuel Munárriz publicado en 1808. Un documento poco conocido sobre las posibilidades de la Somoza berciana, que publicaremos próximamente, y que proyectaba implantar “los últimos adelantos metalúrgicos”, adelantándose al famoso sueño del empresario vasco de crear una nueva Vizcaya. Sin embargo, la “invasión francesa truncó esta alegre perspectiva y cambió la suerte del Bierzo.”

Merece la pena resaltar, e incluso reflexionar, sobre párrafos como el siguiente:

“Cosa chocante: el país berciano atesora ingentes yacimientos de mineral de hierro, carbón y otros metales, posee las presas del Sil y las ingentes centrales térmicas, pero no fue capaz de izar una siderúrgica y se limita a exportar las riquezas del subsuelo. Uno se muere de risa, como aquel hombre que se escachaba contemplando a un asno entregado  la pitanza de higos. En estos momentos el centralismo esta esterilizando las energías españolas.”

Otras sobre las famosas tres siglas de la MSP, la empresa que no hacía honor a su nombre, son especialmente incisivos. “La explotación del coto Wagner comenzó en 1952 y es propiedad de la empresa Minero-siderúrgica de Ponferrada. La compañía tiene un titulo altisonante y falso ya que, por ahora, sólo se dedicó a la minería del hierro y del carbón. El negocio, montado antes que nada para la exportación, baila al son que le tocan desde el exterior”.

El periodista gallego describe el coto Vivaldi entre Molinaseca y Congosto y el proyecto de planta de Pellitización, así como otras minas de hierro que recorrían la geografía berciana, Chana, Sobrado o Paradasolana y que hacían de El Bierzo “la reserva europea de mineral de hierro.”

El proyecto de planta de “pellest” de hierro, la primera de España, contaba con terrenos y una inversión de las concesionarias de los cotos y el Instituto Nacional de Industria. No faltaban en la época quienes dudaban que la planta fuese levantada, incluido el propio autor. Parece que “los burlones” que advertían que “la cosa quedará en nada”, tenían razón.

Y la “La obrería” que vacilaba entre “largarse a buscar faena en otras tierras o esperar la planta redentora”, ha tenido que optar por la primera ante la ausencia de la segunda.

Hoy las altas expectativas que describían para los 70 ya se pasaron. La minería del hierro es un recuerdo sin museo. Pasada por alto, prácticamente olvidada. La desindustrialización un hecho grabado a hierro en la conciencia de la sociedad berciana, que la asume como inevitable.

Y medio siglo después, “así discurren los meses y los años. Se palpa en la calle una cierta inquietud ante el futuro.” Un futuro que ya ha llegado, que ya está aquí y un tren, el de la (re)industrialización, que parece no tener parada en la comarca.

 

Los Cotos Wagner y Vivaldi

 

“SAN Miguel de las Dueñas es famoso por su convento de monjas benitas y por su estación ferroviaria, donde se carga el mineral de hierro de los cotos Wagner y Vivaldi. El convento, llamado antaño de San Miguel de Almázcara, es una fundación del siglo X, erguido en el valle, a la vera del rio Boeza, que susurra mansueto entre el arbolado. Al abrigo del monasterio hubo de surgir un poblado que se llamó San Miguel de las Dueñas, en honor de las religiosas de la clausura benedictina. El pueblo es un aduar, de aire opaco, y triste, cuyas casas, de cubiertas pizarrosas, manchan razos de un color ácido la tupida fronda. En las agujas de la estación sé alzan los tinglados metálicos de los cargaderos. El monasterio es una mole apaisada, de estilo renaciente, rodeado de una vasta huerta. Por las vertientes montañeras crecen plantaciones pinariegas. Las repoblaciones son recientes y se dice que ellas y los pantanos propincuos alteraron el clima, haciéndolo más benigno de calores y fríos. Cruzan el valle los cestos de los teleféricos que conducen el mineral de los cotos a los embarcaderos. Se hace difícil comprender que esta encañada bucólica, donde las vacas pacen en las folgadas, guarde en sus entrañas la mayor reserva de hierro de Europa. Las explotaciones mineras no han destruido el paisaje y los pozos y lavaderos se integraron en él, y son entrevistos entre las masas forestales.

EL HIERRO DEL BIERZO

 Don César Garnelo y don Pedro Barrio, descubridores del coto Vivaldi, redactaron en 1953 una monografía en torno a las riquezas bercianas. No ha salido a la luz este documento. Recuerdan Garnelo y Barrio que el mariscal de campo don Juan Manuel Munárriz, especialista en Química Metalúrgica, fue comisionado para instalar en el Bierzo la fábrica de hierro de Somoza, mandada construir por R. O., del 6 de abril de 1805. El mariscal dejó un manuscrito inédito, fechado en 1808, donde dice que desde remotos tiempos había en la comarca siete herrerías: la de Valcarce, sita en el camino real para La Coruña y a orillas del rio del mismo nombre; la de Ponti- Petri, en las misma aguas; la del Puente Nuevo, a la entrada del valle de Valdeorras y en aguas del riachuelo Casayo; la de Tejedo, en el valle y aguas de Ancares; la de San Vicente de Lera; la de Pombriego, en las aguas del río Cabrera, y la de Linares en las aguas del rio Oza. Cuenta Munárriz que las tres últimas son propiedad de los monjes benedictinos y las otras cuatro de particulares. Estas herrerías llevaban una vida precaria y utilizaban el horno a la catalana. Producían sobre 8.000 arrobas de hierro que encontraban rápida y fácil salida en los mercados de Portugal y Castilla.

La Real Fábrica de la Somoza es ya una obra de ilustrados, que supera el primitivismo de las antiguas herrarlas. Ocupaba una superficie de 6,190 pies cuadrados, fue construida cerca de Villafranca y contaba con yacimientos en su circundo. No dudaba Munárriz que llegaría a ser algo de prestancia nacional, pues iba a implantar en El Bierzo los últimos adelantos metalúrgicos «que ya tenían por base la obtención de hierro fundido y acero, por los procedimientos iniciados en Alemania y que repercutían en España, principalmente en Bilbao» Está fábrica —en opinión de Gamela y Barrios— hubiese llegado a ser un centro industrial, y la comarca hubiera sido preferida años más tarde, por el gran artillero, general Elorza, para fundar un horno alto, a semejanza de lo que hizo en Trubia, la Felguera y el Pedroso, pero la invasión francesa truncó esta alegre perspectiva y cambió la suerte del Bierzo. No creo que esto sea rigurosamente cierto. Lo que se perdió en la guerra de la Independencia fue el espíritu de la Ilustración, derrotado por el centralismo, el fanatismo y la ignorancia. Cosa chocante: el país berciano atesora ingentes yacimientos de mineral de hierro, carbón y otros metales, posee las presas del Sil y las ingentes centrales térmicas, pero no fue capaz de izar una siderúrgica y se limita a exportar las riquezas del subsuelo. Uno se muere de risa, como aquel hombre que se escachaba contemplando a un asno entregado  la pitanza de higos. En estos momentos el centralismo esta esterilizando las energías españolas.

 EL ZAHORI MELÓMANO

 El descubrimiento de los grandes yacimientos de hierro del Bierzo se efectuó a finales del siglo pasado. En 1890 aparece en Ponferrada un sujeto misterioso al que envían en misión de descubierta de mineral para sus factorías unos industriales bilbaínos. Este personaje se llamó don Julio Lazurtegul y era admirador de Ricardo Wagner. Lazurtegui no era un ingeniero titulado, sino uno de esos temperamentos extraños que barruntan en la soledad de los paisajes la palpitación de los metales en el subsuelo, don Julio pateó los montes del país y denunció vastísimas pertenencias a los que endosó el sugestivo nombre de Wagner.

Creía Lazurtegui que el germanismo de Wagner era el motor musical del porvenir, cosa por otra parte que no se recataron en afirmar innúmeros críticos y melómanos. Y asoció el nombre del compositor a un coto minero cuajado de futuridad.

La explotación del coto Wagner comenzó en 1952 y es propiedad de la empresa Minero-siderúrgica de Ponferrada. La compañía tiene un titulo altisonante y falso ya que, por ahora, sólo se dedicó a la minería del hierro y del carbón. El negocio, montado antes que nada para la exportación, baila al son que le tocan desde el exterior. Conoció años de esplendor y otros de penuria. El coto Wagner se explota por el sistema de cámaras y actualmente, vencida una de tantas depresiones, da trabajo a más de trescientos obreros. El mineral es porteado por dos teleféricos a San Miguel de las Dueñas y de allí por ferrocarril al cargadero de Rande en la ría de Vigo. También envía trenes a la planta siderúrgica de Avilés, pero menguados cargamentos, porque en Avilés prefieren otro mineral menos aprovistado de fósforo. El fósforo lastra la producción berciana. Los siderúrgicos europeos rechazan este mineral y sólo lo adquieren en casos de necesidad, lo que acontece en estos momentos. Se ha hablado mucho de montar en San Miguel ce las Dueñas unas instalaciones para desfosforizar el hierro, pero hasta atora «M planta es una vaga ilusión del espirita.

EL COTO VIVALDI

El coto Vivaldi fue descubierto y registrado en 1951. Los que denunciaron este criadero no eran wagnerianos. Para ellos Wagner era mera arqueología y devotos de Antonio Vivaldi decidieron recordar al maestro italiano. En el fondo ambos yacimientos son uno mismo. Vivaldi está ubicado en los términos de Congosto y Molinaseca —por estos pueblos cruza ti camino de la romería santiaguista—, tiene una superficie de 1158 hectáreas, algo menos que e l coto Wagner, y una longitud de doce kilómetros.

La capacidad de la mina se cifra en diecisiete toneladas por obrero, es decir, 4.000 toneladas diarias en sus dos pozos. Vivaldi, igual que Wagner, tuvo sus años de apogeo y otros de decadencia. Uno de estos períodos de crisis está en estos momentos vencido, pues uno de sus pozos conoció la paralización por falta de mercado. Ahora la mina funciona a pleno rendimiento. El futuro asoma al parecer cuajado de venturas. Los expertos vislumbran una gran demanda de mineral para esta década de los setenta y se espera que Vivaldi - y naturalmente Wagner- trabajen a plenitud.

El coto Vivaldi carga su mineral en San Miguel de las Dueñas, con embarcadero propio, y utiliza para la exportación el cargadero vigués de Rande, propiedad de la Minero-Siderúrgica. Las relaciones entre Wagner y Vivaldi son cordiales y se conjugan para la comercialización. Cavilo que si Wagner y Vivaldi fuesen contemporáneos estarían a matar, y no por culpa del alado compositor, sino seguramente por culpa del genio teutónico, quien tenía la manía de enfadarse con todo bicho viviente. Se irritó lo mismo con Luis, el monarca orate de Baviera, Federico Nietzsche o cualquier instrumentista de su orquesta.

La producción de hierro del Bierzo no se limita solamente a estos cotos famosos, sino que hay otra minas en Chana, Sobrado, Paradasolana y muchas más explotaciones pequeñas que convierten el Bierzo, como decía arriba, en la reserva europea de mineral de hierro. No se trata de una novedad. La noticia está registrada incluso en los libros de uso escolar.

LA PLANTA DE PELLITIZACJON

El mineral berciano necesita ser tratado en una planta de pellitización. Se pretende concentrar el mineral al 65 por ciento, que ahora está en un 53 por ciento de ley y rebajar el fósforo y la alúmina. La planta asegurarla la normalidad en la producción y permitiría tratar 3.000.000 de toneladas en lugar de 1.000.000 que extrae actualmente de los cotos Wagner y Vivaldi. Con la planta de pelliiización el rendimiento seria triplicado.

El procedimiento ha sido estudiado por los técnicos estatales y las empresas interesadas. Sería la primera planta de «pellest» de España, los terrenos están escogidos y se prevé una inversión de cuatro mil millones de pesetas. La financiación será realizada por el I.N.I. y las empresas propietarias de Wagner y Vivaldi.

Perfectamente. Esto se dice muy pronto y se viene repitiendo desde hace largos años sin resultados positivos. Los entendidos aseguran que sin estas instalaciones, la producción de mineral de hierro sufrirá de continuo escasez de demanda. Han caducado los hermosos tiempos en que todo se vendía sin que nadie pusiese reparos a la calidad de los productos.

Ahora, si el género, no es bueno, los compradores del exterior hacen caso omiso de nuestras apetencias comerciales. Naturalmente, ignoro si la planta de pellitización será levantada. Por aquí se dice que la cosa está para caer y las ilusiones renacen una vez más. Se rumorea que la reciente crisis ministerial, con la salida del señor López Bravo del Departamento de Industria, ha demorado la aprobación del proyecto. Los burlones claman que la cosa quedará en nada. Pero la duda repercute en toda la comarca, bastante sangrada por la emigración. La obrería vacila entre largarse a buscar faena en otras tierras o esperar la planta redentora.

Y así discurren los meses y los años. Se palpa en la calle una cierta inquietud ante el futuro. Y hasta alguien, con buen sentido, comenta que cabe en lo posible un extraño acontecimiento: levantar las instalaciones de polinización y que rematadas las obras el procedimiento de concentración y eliminación del fósforo y la alúmina haya dejado de tener utilidad, por invención de otros sistemas. Me hablan de estas cuestiones mientras por el paisaje de San Miguel de las Dueñas navegan los tazones de los teleféricos y me señalan los terrenos de la futura planta. Un tren corre echando chispas entre las tolvas del mineral. En la tarde enervante irisan los cables del tranvía aéreo.

ALVARO RUIBAL

Ponferrada Julio.”

1 comentario:

  1. Muy interesante. No conocía la existencia de tantas reservas de hierro en la zona del Bierzo. Lamentablemente, no se montó ninguna industria potente alrededor de ellas, y no parece que se vaya a hace, ni con el hierro ni con nada. La pregunta es, hay posibilidad de reindustrializar la comarca, la provincia o incluso el país? No parece, ni siquiera ante un cambio de paradigma tan grande como el que estamos viviendo, que haya ninguna intención de llevar a cabo nada por el estilo.

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