Esta anécdota fue radiada por la Pirenaica en noviembre de 1969. Para la
emisora esa era una de las muestras de la separación entre el “pueblo -mineros-
y el ejército americano”. Según la radio comunista, esto en España
no podría ocurrir, pues hasta los medios oficiales informan de las
reivindicaciones de los mineros de León y Asturias.
Por entonces, una lucha tan importante, como poco conocida, se comenzaba a fraguar en Laciana, a pesar de que incluso tuvo su proyección en diarios tan importantes como Pueblo.
El
1 de abril de 1969 entra en vigor la reglamentación del régimen especial de la
Seguridad Social para la minería del carbón que establece las bases de cotización en base a los salarios
reales y reconoce los coeficientes reductores que ajustan la edad
física con la química. Es un derecho conquistado tras años de
movilizaciones obreras. Sin embargo, los avances son lentos pero no
definitivos.
Con el régimen especial
de la minería se pone fin al régimen transitorio. Para muchos trabajadores esto
supone la pérdida de la pensión
complementaria de silicosis, pagada por la Mutualidad del Carbón del
noroeste y que suponía un 25% para tercer grado y un 10% para el 2º, que se añadía a la del Instituto
Nacional de Previsión (INP). Una dificultad añadida para unos jubilados por
enfermedad cuyas pensiones ya eran exiguas de por sí.
La
Comisión Obrera de MSP en Laciana no está de acuerdo con la decisión y comienza
una escalada de protestas. Envían continuos escritos al Sindicato Vertical y al
Ministerio de Trabajo. Benjamín Rubio organiza una asamblea en el cuarto de
Aseo del Trasversal de Villablino,
acuerdan realizar un escrito y si sus peticiones no son atendidas, comenzar con
huelgas.
La silicosis, ese tatuaje que de forma irreversible y
progresiva se forma en los mineros y se traduce en insuficiencias
respiratorias, se situará en el centro de las reivindicaciones y en el debate
público.
La primera medida es
que 170 mineros de la MSP de Laciana firman un escrito impulsado por la
Comisión Obrera dirigido al Ministro de Trabajo y al Delegado Nacional de
Sindicatos. Exigen una reforma de la Seguridad Social, unificando los seguros
en uno de un carácter público dirigido por el Ministerio de Trabajo. El nuevo
modelo debía contar “con [la] intervención de los trabajadores (…)
desapareciendo así el capital privado que está haciendo negocio a costa de la
desgracia del trabajador”. Así como aumentar los porcentajes de renta en el
caso de enfermedad profesional. Entre otras demandas sociales (educativas o
sanitarias), económicas (salariales, pensiones o protección social) y políticas
(libertad sindical o de reunión).
El Sindicato Vertical,
que no quiere claudicar ante los
mineros, había elegido a dos mutualistas y denunciado ante el Tribunal Supremo.
La argucia le sale mal. A finales de 1972 el tribunal falla a favor de los
obreros, y tienen que recuperar el 25% para todos los mineros españoles.
A pesar del fallo judicial el
problema no está resuelto. A comienzos de 1973 la Mutualidad
Laboral de Carbón del Noroeste se compromete a revisar de oficio y conceder
nuevamente las pensiones que habían perdido la complementaria de silicosis. La
medida podía suponer aumentos de hasta 3000 pts. en la pensión para todos los
trabajadores vinculados a la misma.
Lo
cierto es que la Mutualidad incumple su compromiso a la espera de la
ratificación del Tribunal Central de Trabajo. La Unión de Trabajadores del Sindicato
Local de Villablino, presidido por Benjamín Rubio y en el que estaban mineros
como José Rodríguez, que había estado liderando el proceso, amenaza con
solicitar Conflicto Colectivo legal, si no se resolvía.
En
mayo los mineros lacianiegos trasladan al Sindicato Provincial del Combustible
el Conflicto Colectivo, que comprende las reivindicaciones y eleva la petición
de conflicto colectivo a toda la minería de León. Además realizan un paro de 24
horas en MSP “cómo aviso”.
En
el cuarto de aseo de Calderón, Rubio se sube a un banco y explica a los
compañeros la necesidad de la huelga. En ese momento “empiezan a moverse” y al final
se ordenó que pagaran los retrasos.
Tiempo
después, un minero que gana un juicio le da las gracias y le explica el riesgo
que han corrido, “¿Tú crees que es lo mismo hacer un conflicto al gobierno que
a una empresa”?. No lo era, el propio vertical reconocía que no era sobre la
relación laboral entre empresa y trabajador.
Los
boletines de la oposición, como En Marcha
del PCE de León (julio de 1973), se felicitan por la victoria con la pensión
complementaria de silicosis, lo que supone “volver unidos para llevar la lucha
a nuestro terreno”.
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