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Nuestra historia, a modo de presentación

martes, 6 de diciembre de 2022

Las guerrillas en la cuenca de Fabero

Recientemente se ha estrenado el documental “Un guerrillero llamado ``Santeiro´´”, producido por la Asociación La Peñina y dirigido por Santiago García. Serafín Fernández El Santeiro, con su halo legendario es el guerrillero más carismático de la zona de Fabero, pero hubo más. El año pasado dedicábamos una entrada al cabecilla de la otra partida de la zona, Cesar Terrón.

Con este comenzamos una serie de artículos en los que abordaremos las guerrillas y sus acciones, la guerrilla del llano, la represión y su ocaso.

Tras la caída del Frente Norte, grupos de combatientes republicanos, en su mayoría pertenecientes al Sindicato Único Minero de Fabero regresan a sus pueblos tratando de reintegrarse a la vida civil. Muchos de ellos se entregaron a las autoridades franquistas, siendo asesinados. Como apunta Secundino Serrano, “todo minero o familiar de minero es sospechoso y, consecuentemente, [se convierte] en candidato a engrosar las listas de ``paseados´´ o de algún Consejo de Guerra”.

Teniendo en cuenta las dos circunstancias anteriores, tal y como señala Eloy Terrón, “¿Qué podían hacer los demás que se consideraban más comprometidos? Una sola cosa: echarse al monte y organizar partidas para defenderse y sobrevivir.”.

En esta reflexión podemos encontrar el origen de la guerrilla en esta zona. Estamos ante grupos de mineros, principalmente, que se echan al monte para salvar la vida. Estos fugados se irán agrupando en partidas que progresivamente responderán a un encuadramiento político-militar, lo que le conferirá su carácter de organización guerrillera: cierta estructuración, mayor disciplina y un código de conducta verbal o escrito. Según uno de sus enlaces, Benjamín Rubio, los guerrilleros siempre atendieron a un estricto código de conducta.

En el área de Fabero se constituyen diversas partidas de huidos, grupos dispersos que se unen y disuelven con rapidez. Este es el caso de una serie de resistentes que son buscados por el asalto del pueblo de Argayo en junio de 1937. 

Poco a poco empiezan a definirse una serie de partidas estables que se mueven entre los ayuntamientos de Fabero, Candín, Peranzanes, Vega de Espinareda, Arganza y Cacabelos. Las condiciones orográficas para la guerrilla son óptimas en estos paisajes, no así las climatológicas, que condicionan una vida ya de por si llena de dificultades.

En la zona se asientan dos partidas, la liderada por Cesar Terrón -con base entre Fabero y Ancares- y la de Serafín Fernández “Santeiro” -que se movía entre Fabero, Fornela, la zona asturiana de San Antolín de Ibias y Cangas del Narcea y las colindantes de Lugo-.

El grupo liderado por César Terrón, estaría compuesto por regresados del Frente de Asturias, unos 37 ex combatientes de los que 7 continuarían la lucha armada. El resto intentarían la huida a Portugal. La presión sobre este grupo fue constante, más después de causar diversas bajas en el bando franquista. De esta partida llegó a formar parte, por un corto periodo de tiempo, dadas sus precarias condiciones de salud, el profesor Eloy Terrón,  hermano de Cesar Terrón.  

Cuando fallece Cesar Terrón, el mando pasa a “El Maestro”, que a su vez morirá abatido junto con Luis el de Fontoria, Brindis Mauriz de Paradaseca y un Guardia Civil en un tiroteo en un pinar de Canedo. Más adelante Eusebio García se entregaría y Ramiro Pérez, fue detenido en su casa de Fabero. El resto del grupo, Antonio Vega y Joaquín Fernández “Xoqui”, se integrarán en la partida del Santeiro.

El grupo del “Santeiro”, conocido como la partida de “Los Fornelos”, se movían con facilidad por una zona con poca presencia de la Guardia Civil, aunque bajo el control del Somaten. Las incorporaciones y salidas en esta partida fueron constantes. Entre sus miembros destacan Manuel Bermúdez “El Asturiano”, Arturo Martínez “Arturin”, Vicente Seoane “Pasoslargos” o “El chato”, de Tejeira.

El grupo del “Santeiro” es utilizado por las autoridades como chivo expiatorio, sin embargo no cometió la mayoría de los actos que se le atribuyen. En especial, “el recital de muertes que se le supone” son desmentidas por testimonios orales de la zona, así como su condición de cabeza de turco.

En las proximidades tenemos otras partidas que se asentarán en las cercanas poblaciones de Cacabelos y Arganza: “Los Pitaciegas”, el grupo de “El Xoqui” y otros. Grupos que, al contrario que los de la zona de Fabero, no estaban compuestos por combatientes del Frente Norte, sino por desertores del ejército franquista o que no se habían presentado a la movilización de tropas. Partidas que por su movilidad también tendrán contacto con otras que se creaban entre Galicia y El Bierzo, como la de el “Velasco” y el “Bailarin”, especialmente en los montes de Casaio, donde se ubica el grupo más numeroso.

La guerrilla es una creación del movimiento obrero, una adaptación de sus formas de lucha a las condiciones de extrema represión y dictadura fascista. La guerrilla antifranquista de la zona del Cua, tanto la del “Santeiro” como la de Terrón, eran en su práctica totalidad mineros y cenetistas, a los que las circunstancias los llevan a emplear nuevos métodos de lucha. Su ideología anarcosindicalista, pudo ser un factor que dificultó el “desarrollo de una resistencia armada con un cierto grado de organización”, según Secundino Serrano. Factor al que se une la falta de mandos militares del ejército republicano, con experiencia política y militar.

Un elemento diferenciador de las guerrillas que operan por El Bierzo es su apuesta por la unidad, a pesar de que la organización tiene gran número de anarcosindicalistas, que en otras partes del Estado sostienen posiciones muy diferentes.

Los mineros, sin experiencia militar, se enfrentan hasta en 5 ocasiones en menos de una década al empleo de las armas frente a unas fuerzas más poderosas. En las revoluciones de 1933 y 1934, en el Comité de Defensa Antifascista en 1936 en Fabero primero y después en el Frente Norte, y por último en las guerrillas.

 

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