Memoria, Historia y Literatura de Fornela y El Bierzo
Un libro que empieza
desvelando el desenlace en la primera página y que sin embargo es capaz de
mantener la tensión narrativa para que el lector siga leyendo hasta el final, enganchado
como si nada, promete.
Nos referimos al libro “El médico que no quería morir. (Vida y muerte de
Lodario Gavela Yáñez)” del profesor jubilado Alejandro Álvarez López, publicado
en 2018 por la editorial KRK.
Entre la novela y la historia, el relato se sustenta en una sólida investigación que combina las fuentes orales con el trabajo de archivo y hemeroteca. Eso sí, con algunas licencias, como la modificación de algunos nombres, para “evitar ciertas vergüenzas en el presente”, explica el autor.
La obra comienza
diciendo. “El día que lo mataron presidía todos los recuerdos”, pues entre las
múltiples entrevistas orales que realiza, hay un denominador común, la
conmoción que su asesinato causó entre las gentes del valle de Fornela,
independientemente de la posición o valoración sobre el mismo que cada persona
tuviese, entonces y ahora.
Como explica Alejandro
Álvarez, el ambiente familiar en el que se desarrolla Lodario Gavela “hacían
presagiar una vida llena de dichas”. Sin embargo Gavela no se conformó, era uno
de esos profesionales liberales que decidió ponerse al lado del pueblo, a pesar
de las ventajas que el nuevo régimen franquista le ofrecía. Conoció aquella
Ponferrada “ajena a la escasez” de posguerra, que vivía a todo tren en la
Ciudad del Dólar y sin embargo escogió las dificultades de la vida en el Valle
de Fornela. Como diría Gabriel Celaya, tomó “partido hasta mancharse”. Pues,
como el poeta, consideraba que la medicina, la cultura y el progreso, eran
“armas cargadas de futuro”.
El libro tiene un
profundo afán divulgativo y didáctico, fruto de la trayectoria como profesor
del autor, consciente de llevar la cultura al pueblo, tal y cómo el propio
Lodario trataba de realizar. Alejandro Álvarez nos ofrece un magnífico relato
que a pesar de la extensión que podemos presumir por el grosor del libro, nos
engancha hasta hacerlo adelgazar más rápido de lo que podríamos imaginarnos.
***
A
continuación os dejo un artículo de Mariano Asenjo publicado en el número 318 del periódico Mundo Obrero, correspondiente a julio-agosto de
2018, sobre el libro, el autor y el protagonista, ese
“personaje con halo legendario entre las gentes de Fornela”.
“La voz de Lodario Gavela sale del bosque
El autor de la obra que aquí se reseña es natural de Trascastro, y criado
en el berciano valle de Fornela (León) hasta que los estudios le llevaron a
dejar su tierra. En su etapa laboral ha sido profesor de Lengua y Literatura
Castellana en varios institutos de Asturias. Andando los años, ya jubilado,
decidió emprender una profunda investigación sobre el doctor Lodario Gavela,
una figura legendaria de la que siempre llevó consigo las historias y pasajes
–su vida y muerte- que durante su infancia había escuchado en boca de sus
convecinos.
Fornela es el valle más recóndito y perdido de los Ancares, porque no es paso
hacia ninguna parte. Entre Fabero y Cariseda, que es el primer pueblo fornelo,
median trece kilómetros largos que discurren a través de un valle angosto y
encajado. Uno de los enclaves de Fornela es Trascastro, el pueblo del médico
Lodario Gavela Yáñez, que sembró el valle de escuelas antes de perder la vida
tiroteado. La primera casa de Trascastro atesora la memoria de su consulta, tal
como él la dejó el día de su muerte en las curvas de Cariseda. Eran los años
cuarenta, pero nadie se atrevió a retirar ni una sola de las placas que en cada
pueblo proclaman su filantropía.
En ‘El médico que no quería morir’, el profesor e investigador Alejandro
Álvarez cuenta, como si la hubiera vivido, la historia de Lodario Gavela Yáñez,
el emblemático doctor del valle de Fornela asesinado en 1947 a los 31 años por
ser considerarlo un peligro para el Régimen. Esto es, en palabras del propio
autor, lo que se nos traslada es la vida y la muerte de «un héroe en los
tiempos difíciles que no abdicó nunca de sus principios y antepuso su ética
profesional y su defensa de la dignidad humana a sus intereses personales».
Asesinado por una brigadilla franquista, las circunstancias que conllevaron su
muerte han hecho de Lodario Gavela Yáñez «un personaje con halo legendario
entre las gentes de Fornela» y comarcas bercianas aledañas. El deseo del doctor
de mantener viva la antorcha de la libertad en los tiempos de represión de la
posguerra «le costó la enemistad de los más intransigentes defensores del
Régimen, que veían en Lodario un ejemplo peligroso de ejercicio de la libertad
y, al tiempo, una ayuda a los fugados republicanos que necesitaban de él cuando
caían enfermos». Quienes le mataron, aquella tarde de finales de septiembre en
un paraje cercano al pueblo de Anllarinos, no podían tolerar el sentido ético y
su defensa de la libertad. Sus asesinos dispararon a Lodario «cuando se dirigía
al encuentro de su madre y de su esposa, embarazada de siete meses».
Alejandro Álvarez mediante entrevistas reconstruyó «hechos, vivencias,
enfrentamientos con falangistas, relaciones con los guardias, atención a los
enfermos, promoción de escuelas, fiestas... y, al tiempo, iban surgiendo
noticias imprecisas sobre su participación en la guerra civil». A partir de
ahí, el autor investigó en los archivos históricos de Alcalá, Oviedo,
Salamanca, Segovia, Ciudad Real o Ferrol «donde recogí datos que me permitieron
ir situando al personaje en sus diversos destinos en el Frente Norte». También
en tesis doctorales, periódicos de la época, manuales de historia o
investigando en las organizaciones a las que perteneció en su etapa
estudiantil, como la Asociación ‘FUE’ o el Socorro Rojo.
Toda la información que recopiló el investigador, le hizo entender esa «aureola
mítica» que rodeaba a Lodario Gavela. Durante sus años de servicio en el valle
de Fornela, la zona «era un espacio en el que la guerra pervivía en forma de
brutal represión, causando muertes, torturas y detenciones por docenas, y el
miedo era una presencia pavorosa, casi física» relata Álvarez. En aquel duro
ambiente, en aquellas aldeas de las montañas del escarpado valle de Fornela, el
doctor Lodario Gavela «fue un ejemplo de valentía, pero también de compromiso
con sus gentes».
El médico ejerció también como impulsor de escuelas: Trascatro, Chano, Guímara
y Cariseda, al tiempo que «trató de arrancar a las niñas del papel que el
régimen y la tradición les tenían reservados». Promovió la llegada de la luz
eléctrica y de hábitos higiénicos, «fue inspirador de modificaciones
arquitectónicas de las humildes casas de los pueblos. Y su esmerada atención a
sus enfermos, su carácter afable, su personalidad arrolladora, su polifacética
actividad, su solidaridad con los más pobres y su sentido humano lo
convirtieron en una persona omnipresente y admirada por la mayoría de los
fornelos, incluso por algunos guardias acuartelados en la zona, lo que explica
la profunda conmoción y tristeza que produjo su asesinato».
Alejandro Álvarez decidió recrear la historia del doctor Lodario Gavela en
forma de novela, pero «siempre fiel a los hechos históricos y a los
personajes». El libro recoge asimismo algunos episodios de encuentros entre el
doctor Lodario y el emblemático guerrillero Serafín Fernández Ramón ‘El
Santeiro’, otro de los mitos del valle de Fornela, un ex combatiente de la
República, natural de la aldea leonesa de Guimara, que acabada la guerra se
echó al monte y lidero una partida muy activa hasta finales de 1947.
Este trabajo editorial del profesor Alejandro Álvarez quiere ser «un homenaje a
esas personas que, como el protagonista, sufrieron la persecución, la cárcel,
la tortura o la muerte en aquellos años tristes y torvos del franquismo».
También trata de «mostrar un personaje que podía decirnos cosas sobre el
pasado, sí, pero también sobre el presente, pues su actitud puede constituir un
ejemplo de honestidad, coherencia, solidaridad y defensa de la libertad».”
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