Esta anécdota
real está recogida en Berlanga del Bierzo. Con la inocencia de la infancia,
pero con la capacidad de niños y niñas de simplificar cosas complejas, refleja
que el trabajo es el centro de nuestras sociedades. La clase trabajadora, esas
personas que con su trabajo manual e intelectual crean la riqueza, levantan,
calientan y mueven el mundo en que vivimos.
La centralidad del trabajo y la clase trabajadora se visualiza en elementos periféricos como el ocio, el arte, la diversión y la cultura. Más allá de prejuicios o dogmas adquiridos, en comarcas industriales cómo El Bierzo y Laciana, los referentes identitarios más elementales están vinculados al mundo del trabajo, su cultura, sus organizaciones e ideologías.
El profesor
Rubén Vega, explica que “desde el
Neolítico hay canciones que hablan del trabajo y que se interpretan en el mismo
lugar donde se ejerce la profesión”. En España los mineros han sido el colectivo
laboral que más ha impregnado el mundo de la música, la literatura, la pintura
o el cine. En El Bierzo y Laciana tenemos ricos ejemplos de ello, en menor
medida, otros trabajos cómo el de las térmicas, también nos dejan muestra de
esa relación entre cultura y trabajo. Incluso a pesar del fin del sector,
llegan a la actualidad y experimentan una cierta efervescencia.
Poemas, pinturas, canciones, fiestas, exposiciones o relatos,
forman parte de ese patrimonio inmaterial, de nuestro patrimonio cómo
sociedad. Con el cierre de la minería y las térmicas se ha puesto fin a un
sector prolífico en sus destellos culturales. En
los últimos años han surgido distintas iniciativas para recuperar el patrimonio
material, minas y térmicas convertidas en museos. Sin embargo, al igual que el
movimiento obrero es el gran olvidado, el patrimonio inmaterial, también ha
sido excluido. Iniciativas que corren el riesgo de permanecer
descontextualizadas y hasta deshumanizadas si se olvida la cultura obrera y los
referentes simbólicos que vertebran nuestra sociedad minero-energética.
La cultura, las canciones, los saberes,
los oficios, las vivencias, las formas de hacer, o se recopilan o se pierden. Este rico patrimonio inmaterial en
su mayoría oral, se encuentra en la memoria de quienes vivieron esta época y
corre el riesgo de desaparecer con sus protagonistas.
Las narrativas y memorias de la clase
obrera y del trabajo deben ser recuperadas y puestas en valor. Deben ocupar un
lugar central en los espacios industriales musealizados, pues tenemos el deber
de legarlos a las futuras generaciones.
Se deben
promover grupos de trabajo de investigación de historia oral y etnográfica, que
recuperen estos elementos invisibles de la realidad de la sociedad minera e
industrial. Equipos interdisciplinares con dirección de profesionales y apoyo
de las personas que habitan en los pueblos. En estos museos deben jugar un
papel clave las sensaciones. Las que proporcionan las fotografías, los
lenguajes audiovisuales, sensitivos (olores por ejemplo) o las manifestaciones
artísticas, tanto las realizadas desde el presente cómo la recuperación de las
de época.
Hoy en día se
siguen profundizando “minas
de escritores”.
Son muchos artistas que han vivido en la cultura del trabajo y la reflejan en
sus obras o que expresan la falta de expectativas tras el declive industrial a
través de sus creaciones. Distintas artes y artistas vinculan cultura y
trabajo, desde Álvaro Caboalles al CIAN de Fabero.
Para contribuir a este proceso, vamos a dar a conocer 2 canciones y un poema
provenientes de las culturas del trabajo en Compostilla, El Bierzo Alto y
Laciana. Pues cómo reflejan los mineros y cantantes, hermanos Cocos:
“Muchos escriben
los poetas de los campos y las flores,
pero muy poco se
escribe del esfuerzo de estos hombres”.
Empezamos por la
ofrenda de la Comisión de “fiestas de
exaltación del trabajo” de 1961
en el Poblado de Compostilla que
ENDESA tiene en Ponferrada y que recoge lo siguiente:
“Ofrenda:
A los hombres
que han sentido fatiga en su cuerpo de trabajador.
A los que
vencieron la monotonía de la labor cotidiana.
A los que se
sienten hermanos del que trabaja a su lado.
A los hombres
que mezclaron su sudor con la grasa y el carbón.
A los que luchan
día tras día por el perfeccionamiento de su trabajo.
A los que
sonríen a su mujer y a sus hijos después de una dura jornada.
A los que ven en
el trabajo la más noble y hermosa actividad humana.
A los hombres
que durante veinticinco años han levantado España.
A todos vosotros
van dedicadas estas fiestas.
LA COMISIÓN”
Continuamos con
una canción de los “Hermanos Cocos”
que musicaliza las labores mineras. Un dúo de canto de mineros de Igüeña que
acabaron sufriendo las consecuencias de la silicosis:
“… Muchos escriben los poetas de los campos y las flores,
pero muy poco se
escribe del esfuerzo de estos hombres.
Siempre
enterrados en vida por el día y por la noche,
unas cuantas
mojaduras y después la silicosis.
Apenas pones el
primer pie, compañero, en la boca de esa mina
se va acechando
el peligro por toda la galería.
llegas al corte,
allí está el pozo –talleres de explotación-
donde tienes que
meterte para picar el carbón.
Tocas con el
hacho el techo, por si habiendo una quiebra,
y a donde hay un costero vas colocando madera.
Y luego los
picadores, ya miran con atención,
van extendiendo
la vista por toda la explotación.
Y después los
picadores van ramplando, por las chapas sin cesar.
Y más abajo, los
vagoneros ya empiezan a cargar,
que depositan
para fuera el preciado mineral.
Y más abajo, los
lavaderos ya empiezan a lavar,
que el carbón va
para delante y las pizarras para atrás”.
Por último, un ejemplo de una canción que canta al
orgullo de oficio desde Laciana. La “Copla
Minera”, cantada por “Las Tsacianiegas”, y que suena así de bien:
“Que cuando llueve leré,
llevo madreñas,
suenan los clavos leré,
sobre las peñas.
Sobre las peñas leré,
sobre las rocas,
que cuando llueve leré,
llevo galochas.
Ya no te quiero y olé,
porque me han dicho,
que eres minero y ole,
de Villablino.
De Villablino y olé,
de Ponferrada,
si soy minero y olé,
no debo nada.
No debo nada y olé,
menos el ron,
que soy
minero y olé,
de Calderón.
No debo nada y olé,
menos el vino,
que soy minero y olé,
de Villablino.”
Si algún lector/a de “Nuestra Historia, El Bierzo y Laciana” conoce alguna canción, poema, relato o elemento de este patrimonio inmaterial que considera necesario conservar, puede compartirlo en esta página de Facebook o a través del correo nuestrahistoriabierzoylaciana@gmail.com , lo que agradecemos de antemano.
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