Presentación

Nuestra historia, a modo de presentación

viernes, 11 de septiembre de 2020

Estadística Minera de España, nuestra historia año a año


La historia de multitud de pueblos de El Bierzo y Laciana está escrita con los minerales que brotan de su rico subsuelo, carbón, hierro, wolframio, galena, plomo u oro. La Estadística Minera de España (EME) contiene la información más completa sobre la producción del sector extractivo. Ofrece numerosos datos y valoraciones acerca de las distintas sustancias, producciones, valor económico, estado de explotación o empleo desde 1861.

El blog Nuestra Historia pretende divulgar hechos de la historia de estas dos comarcas que son relevantes o interesantes, pero también presentar recursos para que quienes seguís la página podáis investigar sobre temas que pueden ser interesantes. Ser protagonistas activos en la construcción de la historia de El Bierzo y Laciana. O, por lo menos, contar con herramientas que probablemente no son muy conocidas para el gran público y así hacer frente a la curiosidad e investigar directamente con las fuentes históricas originales.

La EME actualmente está digitalizada y sus contenidos colgados en la página de Instituto Geológico y Minero de España, que puede consultarse aquí: http://info.igme.es/estminera/default.aspx .

A ella podemos acceder poniendo los nombres de los pueblos, comarcas o empresas que queremos consultar y nos aparecerá una búsqueda organizada por años. Entrando en los documentos, que están en PDF, podremos buscar la información que nos resulte más interesante. Un truco, para poder rastrear más fácilmente estos informes, es utilizar el comando Crt+F (pulsadas de forma simultánea). Con él se nos abrirá una ventana de búsqueda en la que podemos poner la palabra que deseemos.

Si hacemos un repaso rápido nos encontramos que el informe de 1863 reconoce al “Vierzo” cómo terreno carbonífero. Recoge información sobre las producciones que se extraen entre  Valdesamario y esta comarca. Apenas 1.756 quintales métricos, con difícil salida hasta que no se concluya el tendido ferroviario del ferrocarril de Galicia. Pero cómo no solo de carbón se alimenta el subsuelo berciano, también refleja la producción de hierro en La Chana, municipio de Borrenes. Sus 20.000 quintales se exportaron hacía las forjas catalanas instaladas en la vecina provincia de Orense.

En 1872 existen tres minas de hierro en El “Vierzo”, con curiosos nombres cómo “¿Será Suerte?”, “Misteriosa” y “Esperanza”, propiedad de Antonio Vega Cadórniga. Todas con una escasa producción de 3.600 quintales métricos que se envían en carros de bueyes a Puente Domingo Florez y de ahí a Riodolas, ayuntamiento de Carballeda, Orense. Un producto que el año anterior se cotizaba a 3,35 pts el quintal puesto a pie de fábrica. La nomenclatura de minas férricas no deja de asombrarnos, una de las más significativas es la denominación “Dios protege a quien obra bien”, que aparece en la EME de 1863.

En 1882 aparece recogida las posibilidades energéticas del subsuelo de Tremor aunque lamenta que “pesar de tan variada riqueza, la minería no progresa como debiera, por falta de espíritu minero, de capitales y de vías de comunicación.” Unas explotaciones que apenas producen 510 toneladas de antracita con destino a las “ferrerías de Pombriego y Montes”. Ese mismo anuario también deja constancia de “la mina de cuarzo aurífero titulada de San Jacinto, en el término de Palacios del Sil”, aunque improductiva.

De otros minerales, menos conocidos, nos informa la Estadística de 1887-1888 que recoge que “Las minas de galena «Jesusín» o y «Eduardo», de los términos municipales de Candín y Paradaseca, respectivamente, propias de la Sociedad «Cantábrica del Bierzo», siguen paradas tanto interior como superficialmente, ignorándose la causa.”

Es conocida la existencia de otras sustancias cómo el plomo, pero con la misma suerte, pues tampoco se ponen en explotación, a pesar de las posibilidades que de hacerlo se abrirían. Así podemos leer en la EME de 1889-90 que “existiendo muchos filones de galena en la Comarca del Bierzo, sería fácil establecer en Ponferrada una gran fábrica de fundición de plomo utilizando la hulla de la provincia.”

En ese momento en “el manchón de Tremor”, en San Vicente, se demarca la mina «Estrella», a escasos dos kilómetros de la estación de la Granja y a once de la de Brañuelas, donde también se conocen algunas capas. También refleja otras de “poca importancia, y [que a su juicio] no merecen mencionarse, como no sea el del «Fabero», también en una capa de hulla antracitosa y muy distante del ferrocarril.”

En 1905 nos encontramos con una de las primeras referencias a la comarca de Laciana. La publicación refleja que “se han comenzado trabajos en la mina Caboaches, del término de Villablino.” También al año siguiente anuncia la explotación inminente de nuevas riquezas antraciteras en El Bierzo Alto: “Comenzará en breve la explotación de las minas situadas en el arroyo de La Espina, con salida á la estación de este nombre.” Distinta suerte de la que corrían “las importantes de Tombrio y Villablino, en aguas vertientes al río Sil.” La cuenca de Tombrio hace referencia a la de Fabero-Sil. Entre finales del siglo XIX y hasta la segunda década del XX, encontramos numerosas publicaciones en las que la cuenca de Fabero viene catalogada como “Tombrio” o “Los Tombrios”. Un hecho que se repite con la cuenca del Sil que también viene referenciada como “Santa Cruz y Villamartín” o únicamente “Villamartín”.

Las posibilidades de las comarcas son enormes y los materiales de lo más variado, aunque con suerte distinta. En 1911 la EME recoge desde canteras de granito en San Miguel de las Dueñas, a pizarras en Palacios del Síl, Páramo o Puente Domingo Florez o de Caliza en Barcena del Rio o Caboalles.

En 1912 refiriéndose a la “Linea de Galicia” la EME apunta muchas concesiones en La Granja, Cerezal, Tremor de Abajo, Almagarinos, Pobladura, Tremor de Arriba y Espina, que ante la ausencia de un poco probable “ferrocarril de 0,60 metros de ancho (…) a lo largo del valle (…) quedarán por largo tiempo inactivas”. Sin embargo, ya apunta que en Torre del Bierzo se había hecho un pequeño tren que unía la estación con la mina Nalona. Único avance a destacar pues las “cuencas del Sil [que] son exclusivamente la llamada de Tombrio y la de Villablíno, [permanecen] ambas paradas y en espera de que sé construya algún ferrocarril que haga posible su explotación.” Pues, cómo reconoce al año siguiente, a pesar de que en Laciana “algún industrial ha pensado en la adopción de camiones automóviles para el transporte de carbones hasta Ponferrada, [es un] medio impracticable económicamente donde la conservación de las carreteras es rudimentaria o nula.”

Con la crisis producida por la primera guerra mundial, el gobierno trata de intensificar la producción de carbón para asegurar el suministro del mercado nacional. Las políticas proteccionistas estarán dirigidas por el ministro de Fomento Francisco Cambó. En diciembre de 1917 se declaran de utilidad pública las explotaciones hulleras a los efectos de expropiación forzosa de la superficie. En 1918 por fin la EME puede anunciar la puesta en marcha de las explotaciones mineras a gran escala. La publicación recogía las nuevas industrias así: “Los grandes proyectos creados sobre la planície del Bíerzo (León), donde se levantará un monumento, siderúrgico, unido por vías modernas a la cuenca hullera de Villablino y a las minas de hierro de San Miguel de Dueñas, ha de tener salida al mar por este lado de la costa cantábrica, construyéndose para ello un ferrocarril de Víllafranca a empalmar con el citado Villaodrid-Ribadeo.”

En apenas 10 meses y medio el ferrocarril de la recién creada MSP verá la luz, inaugurándose en julio de 1919.  A partir de ese momento, y durante un siglo, la historia de El Bierzo y de Laciana, se escribirán en tinta negra de carbón. La Estadística Minera así lo reflejará en sus publicaciones. Pero esos hechos, ya los dejamos para que el lector o la lectora los pueda buscar por sus propios medios.

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