Y es que, uno no suele ser profeta en su tierra. Y esto lo afirmamos no solo por su desconocimiento actual, sino por los enfrentamientos que tuvo en los años 30 con trabajadores de la comarca cuando acudió a dar un mitin a Ponferrada, especialmente con mineros de Fabero. Cuestión que abordaremos en una próxima entrega. Cómo también nos centraremos, cruzando el Atlántico y llegando a México, en la semblanza que el periodista Paco Ignacio Taibo II, realizó de su figura.
Hoy nos vamos a centrar
en esbozar un perfil histórico del anarcosindicalista, fundador del Partido
Sindicalista. Para ello nos serviremos de dos documentos, de dos épocas y en
dos formatos diferentes.
Por un lado, una fuente primaria. La noticia de su muerte en el periódico Crónica del 19 de diciembre de 1937 titulada "Pestaña, el líder ecuánime y justo, que poseía el don, raro en España, de la ternura". Y que reproducimos al final para facilitar su lectura.
Por otro lado, una
fuente secundaria. En este caso una entrevista radiofónica de Fernando Tascón
al historiador Paco Balado en Radio Bierzo. Podcast que nos da una visión de su
proyección nacional e internacional. Desde papel en las polémicas del
movimiento obrero y el anarcosindicalismo del primer tercio del siglo XX hasta
su funeral con honores de Estado en la Barcelona de la guerra española.
Se puede escuchar
completo aquí:
https://cadenaser.com/emisora/2020/11/11/radio_bierzo/1605098796_110282.html
Crónica
(19/12/1937, página 2)
"Pestaña,
el líder ecuánime y justo, que poseía el don, raro en España, de la ternura
De Ángel Pestaña, fundador y jefe del Partido
Sindicalista, pueden decirse muchas y muy buenas cosas en esta hora del elogio
póstumo. Pero por delante de todas las justas alabanzas ha de ir el siguiente
juicio exacto, y que nadie podía discutir: Pestaña era, ante todo y sobre todo,
un perfecto hombre de bien.
Si la mayoría de los que intervinieron en la vida
pública de nuestro país hubieran tenido esta cualidad que en Pestaña era
esencial, no habría llegado jamás España a la tragedia espantosa que ahora
sufre.
Pero ha sido siempre nuestro país tierra de pasiones
ciegas, de fanatismos intransigentes, de odios implacables; y en el vendaval de
esas vehemencias han navegado y han ascendido a los altos puestos demasiados
cucos—planeadores con alas de intriga, y sin motor de talento—, que iban «a lo
suyo», al provecho, sin ocuparse para nada del hiende la Patria, por el cual
estaban obligados a velar. Así ha ido nuestra desdichada historia, llevándonos
paulatinamente hacia la hecatombe actual.
Hay un don humano, el de la ternura, muy raro en
España, donde el carácter es duro, por lo general.
Ese don de ternura lleva consigo las cualidades
fundamentales del hombre de bien: la ecuanimidad, y, por lo tanto, la justicia
verdadera; la honestidad, y, por lo tanto, el renunciamiento a todo interés
personal, cuyo logro habría de perjudicar a los demás; la sensibilidad, y, por
lo- tanto, el afán de remediar o de mitigar todo sufrimiento.
La ternura no significa falta de energía, sino todo
lo contrario. Para practicar las virtudes que tienen su origen en la ternura es
necesaria mucha más energía que para dejarse llevar por los impulsos, no
siempre nobles, de la dureza; y nada exige y produce al par mayor cantidad de
energía que la abnegación, merced a la cual el hombre comienza por imponerse a
sí mismo las normas de rectitud y de sacrificio que, llegada la ocasión, puede
exigir legítimamente de los demás con la autoridad indiscutible de su propio
ejemplo.
Pestaña poseía en alto grado tales virtudes, y,
además, inteligencia y perspicacia sobradas para darse cuenta de que no
abundaban entre los demás. Por ello, fue siempre un solitario, y a dirigir una
multitud prefirió la jefatura de un corto número de compañeros elegidos.
Con la muerte de Pestaña perdemos una gran figura,
muy necesaria siempre, pero aun más en estos momentos.
Cataluña, patria adoptiva del líder sindicalista,
está de duelo: lo estamos, igualmente, todos los hombres de buena voluntad.
…
Nació Ángel Pestaña el año 1886, en Santo Tomás de
las Ollas, pueblecito cercano a Ponferrada del Bierzo (León).
Comenzó a trabajar a los diez años, en Cobarón, en
las minas. A los diez y ocho años dio su primera conferencia, en Sestao,
defendiendo la jornada de ocho horas, siendo detenido.
Se trasladó a Barcelona. Empezó a escribir en Tierra
y Libertad y Solidaridad Obrera, tomando parte activa en mítines y conferencias
de carácter sindical, sin que perteneciera todavía a organización alguna.
Posteriormente ingresó en la Confederación Nacional
del Trabajo, fundando después el Partido Sindicalista.”
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