Los primeros resultados fueron una recesión económica, una bajada de sueldos, la inflación, el aumento de la emigración y la amenaza de restructuración para algunos sectores económicos. En la provincia de León se traduciría en una regresión de las rentas provinciales y un malestar social creciente, según los informes internos del sindicato oficial. La reducción de la inversión pública para la construcción de vivienda y obra pública coincide con el final de varias obras de Endesa y la derivación del ferrocarril minero, por el Pantano de Bárcena. En 1962 hay 4.000 trabajadores en paro en El Bierzo.
Se producen quiebras de
industrias como Cementos Villafranca o Conservas Ledo y despidos en Cosmos. En
años posteriores las autoridades sindicales locales reclaman la construcción de
300 viviendas en Ponferrada, para absorber esa mano de obra parada y hacer
frente a las necesidades habitacionales.
A lo largo de 1959 se
producen distintas huelgas, plantes y trabajo a bajo rendimiento, es una
reacción a los problemas derivados del Plan de Estabilización, impagos, bajadas
de primas o destajos.
Las reclamaciones a
magistratura en ocasiones se demoraban. Largo fue el pleito que los
trabajadores de Cementos Villafranca sostuvieron mediante reclamaciones y
denuncia en Magistratura, para poder cobrar sus nóminas.
Un informe “RESERVADO”
de la Delegación Provincial de Sindicatos recoge que en los últimos meses de
1959 comienzan los retrasos en los pagos. Llegados a enero de 1960, la empresa
directamente deja de abonar las nóminas, “únicamente pequeños anticipos, que
por su insignificante cuantía no han conseguido paliar la grave situación
económica en que los trabajadores se encuentran”.
El sindicato vertical,
siempre más proclive a la parte empresarial que a la social, llega a recomendar
incluso que denuncien los impagos a magistratura para que no se acumulen más
mensualidades. Sin embargo, estas recomendaciones “no fueron seguidas por los
trabajadores”.
En marzo de 1960 la
situación sigue sin solución y a la villa del Burbia se desplaza el
Vicesecretario de Ordenación Social y el Delegado Sindical de Ponferrada.
Informan a los trabajadores “del peligro que se corría de no cobrar las
cantidades adeudadas de la Empresa, sino se realizaban las reclamaciones
oportunas” en la Magistratura de Trabajo. El sindicato del régimen reconoce que
la compañía “no fue nunca un negocio bien ordenado, por las deficiencias
técnicas en su instalación”, además de mala gestión y materias primas.
De hecho, tal y como se
puede leer en la web Listado del Material Ferroviario Español (listadoTren.es)
y en la de AF2 Toral de Los Vados (https://af2bierzo.com/
de la cual hemos extraído la imagen que ilustra el cartel), la compañía surgió
en los años 20 en Parandones, coincidiendo con Cementos Cosmos en Toral de los
Vados. Cementos Villafranca comenzó su andadura con la denominación de Cementos
Bérgidum, procesando el material que extraía de su cantera en el monte del
Cotrón, próxima al pueblo de Otero (Toral de los Vados) pero perteneciente
Junta Vecinal de Horta (Corullón). La cementera se especializó en cemento
hidráulico natural que vendía a través del ferrocarril de vía ancha que unía
Toral de Los Vados y Villafranca del Bierzo.
El 12 de mayo cumple el
plazo dado a la cementera y el 17 de junio se celebra el juicio. Los
trabajadores, que en un primero momento mostraron “una excesiva confianza en la
Empresa”, concediéndole otro mes más para satisfacer sus salarios, finalmente,
a la altura de mayo, a escaso días de comenzar el Juicio en Magistratura de
Trabajo, comenzaron a no trabajar, si bien asistían puntual y diariamente al
trabajo.
Los “productores”
aludían que el mismo magistrado les había comunicado que si la compañía no
cumplía sus obligaciones, ellos tampoco tenían obligación de trabajar y que
sería la “manera de forzar a la Empresa
para que les abonase las cantidades” adeudadas. Tras gestiones por parte
de la Guardia Civil, la Delegación Sindical de Villafranca y la Jerarquía
Sindical provincial, los trabajadores comunican que no van a volver a trabajar
hasta que les sean abonadas sus nóminas.
Al tiempo la compañía
presenta la suspensión de pagos y expediente de crisis, y los trabajadores
finalmente tienen que acudir al subsidio de paro y plus familiar, para poder
paliar su situación. Un largo pleito con gran sufrimiento de las familias y los
trabajadores que vivieron de forma individual y resignada los impagos y el
quiebre de la empresa, a diferencia de lo que comenzaba a suceder por entonces
en empresas antraciteras de El Bierzo alto, donde las primeras huelgas y
comisiones de obreros, consiguieron mejoras laborales en tiempos de crisis
económica.
Una historia incompleta
que, sin embargo, nos gustaría completar con información, testimonios y
cualquier tipo de documentación que nuestras y nuestros lectores puedan contar.
Así, con ese cemento, podremos seguir construyendo Nuestra Historia.
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