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Nuestra historia, a modo de presentación

jueves, 12 de septiembre de 2024

El lento y largo pleito de los trabajadores de Cementos Villafranca (1960)

En julio de 1959 se pone en marcha el Plan de Estabilización, que comienza un proceso de liberalización de la economía española, tratando de dejar atrás el desastre de la autarquía. El Plan de choque liberaliza precios, suprime organismos administrativos y abre el comercio a cambio de créditos de organismos internacionales como el FMI y el BM. Es un tratamiento de choque, la apuesta por un nuevo modelo de acumulación que implica la apertura al capital extranjero, la entrada de divisas de inmigrantes y turistas, un nuevo modo de organización del proceso productivo y de trabajo, que busca un aumento de la productividad.

Los primeros resultados fueron una recesión económica, una bajada de sueldos, la inflación, el aumento de la emigración y la amenaza de restructuración para algunos sectores económicos. En la provincia de León se traduciría en una regresión de las rentas provinciales y un malestar social creciente, según los informes internos del sindicato oficial. La reducción de la inversión pública para la construcción de vivienda y obra pública coincide con el final de varias obras de Endesa y la derivación del ferrocarril minero, por el Pantano de Bárcena. En 1962 hay 4.000 trabajadores en paro en El Bierzo.

Se producen quiebras de industrias como Cementos Villafranca o Conservas Ledo y despidos en Cosmos. En años posteriores las autoridades sindicales locales reclaman la construcción de 300 viviendas en Ponferrada, para absorber esa mano de obra parada y hacer frente a las necesidades habitacionales.

A lo largo de 1959 se producen distintas huelgas, plantes y trabajo a bajo rendimiento, es una reacción a los problemas derivados del Plan de Estabilización, impagos, bajadas de primas o destajos.

Las reclamaciones a magistratura en ocasiones se demoraban. Largo fue el pleito que los trabajadores de Cementos Villafranca sostuvieron mediante reclamaciones y denuncia en Magistratura, para poder cobrar sus nóminas.

Un informe “RESERVADO” de la Delegación Provincial de Sindicatos recoge que en los últimos meses de 1959 comienzan los retrasos en los pagos. Llegados a enero de 1960, la empresa directamente deja de abonar las nóminas, “únicamente pequeños anticipos, que por su insignificante cuantía no han conseguido paliar la grave situación económica en que los trabajadores se encuentran”.

El sindicato vertical, siempre más proclive a la parte empresarial que a la social, llega a recomendar incluso que denuncien los impagos a magistratura para que no se acumulen más mensualidades. Sin embargo, estas recomendaciones “no fueron seguidas por los trabajadores”.

En marzo de 1960 la situación sigue sin solución y a la villa del Burbia se desplaza el Vicesecretario de Ordenación Social y el Delegado Sindical de Ponferrada. Informan a los trabajadores “del peligro que se corría de no cobrar las cantidades adeudadas de la Empresa, sino se realizaban las reclamaciones oportunas” en la Magistratura de Trabajo. El sindicato del régimen reconoce que la compañía “no fue nunca un negocio bien ordenado, por las deficiencias técnicas en su instalación”, además de mala gestión y materias primas.

De hecho, tal y como se puede leer en la web Listado del Material Ferroviario Español (listadoTren.es) y en la de AF2 Toral de Los Vados (https://af2bierzo.com/ de la cual hemos extraído la imagen que ilustra el cartel), la compañía surgió en los años 20 en Parandones, coincidiendo con Cementos Cosmos en Toral de los Vados. Cementos Villafranca comenzó su andadura con la denominación de Cementos Bérgidum, procesando el material que extraía de su cantera en el monte del Cotrón, próxima al pueblo de Otero (Toral de los Vados) pero perteneciente Junta Vecinal de Horta (Corullón). La cementera se especializó en cemento hidráulico natural que vendía a través del ferrocarril de vía ancha que unía Toral de Los Vados y Villafranca del Bierzo.

El 12 de mayo cumple el plazo dado a la cementera y el 17 de junio se celebra el juicio. Los trabajadores, que en un primero momento mostraron “una excesiva confianza en la Empresa”, concediéndole otro mes más para satisfacer sus salarios, finalmente, a la altura de mayo, a escaso días de comenzar el Juicio en Magistratura de Trabajo, comenzaron a no trabajar, si bien asistían puntual y diariamente al trabajo.

Los “productores” aludían que el mismo magistrado les había comunicado que si la compañía no cumplía sus obligaciones, ellos tampoco tenían obligación de trabajar y que sería la “manera de forzar a la Empresa  para que les abonase las cantidades” adeudadas. Tras gestiones por parte de la Guardia Civil, la Delegación Sindical de Villafranca y la Jerarquía Sindical provincial, los trabajadores comunican que no van a volver a trabajar hasta que les sean abonadas sus nóminas.

Al tiempo la compañía presenta la suspensión de pagos y expediente de crisis, y los trabajadores finalmente tienen que acudir al subsidio de paro y plus familiar, para poder paliar su situación. Un largo pleito con gran sufrimiento de las familias y los trabajadores que vivieron de forma individual y resignada los impagos y el quiebre de la empresa, a diferencia de lo que comenzaba a suceder por entonces en empresas antraciteras de El Bierzo alto, donde las primeras huelgas y comisiones de obreros, consiguieron mejoras laborales en tiempos de crisis económica.

Una historia incompleta que, sin embargo, nos gustaría completar con información, testimonios y cualquier tipo de documentación que nuestras y nuestros lectores puedan contar. Así, con ese cemento, podremos seguir construyendo Nuestra Historia.

 

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