El carlismo defendía los valores tradicionales del Antiguo Régimen y pretendía el establecimiento en el trono de una rama colateral de los Borbones, la representada inicialmente por el hermano de Fernando VII, el infante don Carlos, de ahí la denominación del movimiento.
El ideario político carlista fue difuso, pero con el tiempo acabó articulándose en torno al absolutismo monárquico, el rechazo a la obra de las Cortes de Cádiz y del Trienio Liberal, un catolicismo excluyente, la idealización del mundo rural frente a la sociedad urbana e industrial y la defensa de las instituciones y fueros tradicionales de vascos, navarros y catalanes frente a la uniformidad política y jurídica que pretendía el liberalismo.
Hoy
vamos a conocer las repercusiones que tuvo en El Bierzo a través de 3
elementos.
Un
texto histórico, una entrevista radiofónica y un documento original
1) El primero se trata
de entrevista radiofónica a cargo
Fernando Tascón al investigador Francisco Balado en Radio Bierzo el 17 de
marzo de 2023 y que parte del descubrimiento de los esqueletos de dos varones
con un disparo en la cabeza en la Sierra del Caurel y sus repercusiones en la
comarca. La entrevista se puede escuchar aquí:
2) El segundo es un texto del también historiador Miguel J. García, “El Carlismo Berciano”, recogido en la publicación conjunta del Diario de León y el Instituto de Estudios Bercianos en 1994. El autor explica que el campesinado de El Bierzo estuvo “tan lejos de apoyar la contrarrevolución carlista cómo de mostrar entusiasmo por un régimen liberal que agravó, aún más si cabe, su penosa situación.”
3) El tercero de los documentos es una fuente oficial, en concreto el Boletín Oficial de la Provincia de León del martes 23 de diciembre de 1834 y que es citado en la entrevista a Francisco Balado.
Los dos documentos
se pueden descargar en el siguiente enlace:
https://drive.google.com/drive/folders/1NcsDNVGt-dTRLJC1ECbCQ51VCXbpVV71?usp=share_link
Además, hemos transcrito ambos textos para facilitar su lectura.
….
“El carlismo
berciano
El campesinado de El Bierzo estuvo tan lejos de apoyar la
contrarevolución carlista cómo de mostrar entusiasmo por un régimen liberal que
agravó, aun más si cabe, su penosa situación. A diferencia de León y otras
zonas de predominio de labriegos propietarios, o del País Vasco con
reivindicaciones de Fueros, el carlismo no podía ofrecer alternativas a una
región mayoritariamente forera. Sólo en el bajo clero berciano arraigó el
movimiento que, al no conseguir involucrar a otros sectores estaba condenado
al fracaso.
Desarmados los Voluntarios Realistas de Bembibre, Ponferrada y
Villafranca en noviembre de 1833, se constituyeron inmediatamente las Milicias
Urbanas locales leales al Gobierno cristino que desbaratan la sublevación de
los llamados “curillas”, deteniendo a los principales cabecillas. Al año
siguiente, el 13 de diciembre, la facción valdeorresa de “Los Carballos” (compuesta de 14 hombres) atacó la
herrería de Serviz tomando Barxas con la ayuda de su párroco, destacado
“curilla”; pero perseguidos por los milicianos villafranquinos, dirigidos por
Joaquín Saavedra, son interceptados en el pueblo de Visuña e hiriendo a otros
cuatro en el monte Faro.
Sin embargo otras partidas carlistas
gallegas tuvieron en jaque a las milicias durante dos años. La antigua partida
absolutista del cura de Freixo (Juan
Martínez Villaverde); la de Mosteiro,
también llamado Evangelista (el
seminarista José González Soto); la del Señorito
de Bullán, o el Cojo (Manuel Álvarez Fernández) y la de Sarmiento (Manuel Sarmiento), combinadas o en solitario,
consiguieron dar importantes golpes de mano en El Bierzo. Desde diciembre de
1835 al 17 de enero de 1836 asaltaron repetidamente a los correos y arrieros
maragatos en Valcarce, sin que la compañía de Cazadores de base en Villafranca,
bajo el mando de Francisco Sánchez Gil (ayudante del Capitán General de
Galicia), pudiera interceptarles. En junio de 1836 vuelven a ocupar el valle,
dando muerte al escribano Pedro Álvarez, y extienden sus correrías hasta las
cabeceras de los ríos Burbia, Cúa y Sil, multiplicando las salidas de los
milicianos urbanos en sus persecución hasta Pedrafita, As Nogais, Burón,
Piornedo, San Juan de la Mata, Espinareda, Candín y Palacios del Sil. Tampoco
pueden evitar, los Tiradores de Ponferrada (comandados por Fernández Losada),
que vigilaban los puertos de la cordillera Cantábrica, el paso de Leitariegos
por la expedición carlista del general Gómez en su marcha hacia León. La
estancia de la guerrilla de Mosteiro en
el cenobio benedictino de Vega de Espinareda fue además la causa directa de la
clausura del mismo, según manifestó su Abad, fray Agustín, al Gobierno Civil el
13 de septiembre de 1835: “La amargura,
opresión e inquietud en que se ve amenazada la comunidad, ya de una facción, ya
de la injurias, calumnias y demás que con motivo de haber venido a este
monasterio dicha facción ha tenido que sufrir (…) Días ha, hubo un aviso que
nos comunicaba que peligraba neustra vida si permencíamos en el claustro (…).
Por nuestra parte estamos indefensos, y por la de fuera, sujetos a cada momento
al susurro, a la maledicencia y, lo que es peor, a la facción”. El 2 de
octubre se aprueba su superesión en Madrid, entregando los bienes a la Caja de
Amortización, medida que se toma con otros monasterios benedictinos (como el de
Samos), acusados de ayudar al carlismo.
Las partidas carlistas no volvieron a
presentarse en El Bierzo hasta el 1 de agosto de 1869 en que un pequeño grupo
de “facciosos”, mandados por el sacerdote Antonio Milla, después de su
fracasada intentona leonesa, se refugian en Paradasolana perseguidos por
fuerzas militares. Las patrullas armadas y la Guardia Civil de Ponferrada los
detienen en Rodrigatos de las Regueras con el cura de Igüeña que se les había
unido. También es batida la pequeña partida de Nuñez en el Bierzo Oeste; y, el
31 de marzo de 1873, después de varios meses de hostigamiento a las obras del
ferrocarril, es detenido “… con toda su
facción, armas, municiones y pertrechos de guerra” Carballo, el primer y
último partidario carlista que con ese nombre operó en la región.
Por otra parte, el carlismo político
apenas tuvo repercusión. Agrupado en torno a la figura del abogado Benito Rueda
López (hermano del progresista Isidro), no dejó de ser un mero “juego de salón”
y la evidencia del control de las clases privilegiadas bercianas de todas las
opciones políticas. El mismo Benito Rueda no tuvo reparos de presentarse para
Alcalde en el Ayuntamiento de Ponferrada en 1872 con miembros de otros grupos y
reconocer a Alfonso XII como rey en 1875.”
Miguel J.
García
….
“Núm. 102. 6 cuartos. 431
BOLETIN
OFICIAL DE LA PROVINCIA DE LEÓN, del
martes 23 de diciembre de 834.
ARTICUL O DE OFICIO.
DON JACINTO MANRIQUE, GOBERNADOR
CIVIL DE la Provincia de León, á todos los habitantes, sabed
ARTICUL
O DE OFICIO. DON JACINTO MANRIQUE, GOBERNADOR CIVIL DE la Provincia de León, á
todos los habitantes, sabed
En
la noche del 13 del corriente y su hora de las diez y media, fué atacada la
Perrería de Serviz en el Bierzo por catorce facciosos capitaneados por un tal
Carballo, alzados en el valle de Valdeorras perteneciente á la Provincia de
Orense. Cometieron los crímenes que les son naturales, y habiendo destrozado
cuanto habia en el establecimiento, é intentado asesinar á los moradores,
tomaron al amanecer el camino de Barjas.
A
las nueve de la mañana del 14 llego la primer noticia á las autoridades de
Villafranca: en el momento la decidida Milicia Urbana de aquella Villa se puso
en movimiento y con tal diligencia y tino que el 15 ya eran con ellos.
Un
trabucazo tirado á quema ropa al Comandante Don Joaquín Saabedra, fué la señal
del combate: mas como la mano del traidor es cobarde y trémula , el tiro fué
desgraciado para ellos.
El
parte del Alcalde mayor de Villafranca al Subdelegado de Policía de Ponferrada,
dice asi:
”Las
alagüeñas esperanzas que concevi al dar á V. S. mi anterior parte de la
indispensable ruina de la facción levantada en Valdeorras, y que tuvo la osadía
de pisar este pacífico suelo de la lealtad, están ya realizadas. A las cinco de
la tarde he recibido aunque con algún retraso él oficio del Alcalde mayor de
Villafranca, cuyo tenor es el siguiente. = Tengo el gusto de participará V. S.
como en el dia de ayer, y hora de las cinco de su tarde, regresé á esta con la
columna de Urbanos al mando de su Capitán Comandante, trayendo entre las filas
arrestados á ocho de los rebeldes que componían la facción comandada por los
Carballos y levantada en Valdeorras, á quienes con intrepidez atacaron los
leales en el punto y pueblo de Visuña, y siguieron en su persecución por el
monte del faro, en donde hiriendo á tres y matando á uno, se consiguió el total
esterminio de esta orda de foragidos; pudiendo asegurar quedan bien escarmentadas
sus nulas tentativas, al paso que cubiertas de gloria las armas de ISABEL II.,
pues si bien es cierto que es esta la primera vez que los valientes Urbanos de
esta Villa tienen la dicha de encontrarles en el campo de batalla, no lo es
menos el triunfo seguro que han conseguido y el que conseguirán, si por
desgracia algún dia cualquiera de los ilusos cabecillas que no há sido presa del
valor de los decididos, osase levantar el grito de rebelión en este suelo
clásico de libertad. = No acompaño el detall de los efectos y armas
aprehendidas á los rebeldes, por no saberlo á punto fijo, y por no haberlo
recibido aun todavía oficial del Comandante; mas puedo asegurar á V. S. que
todos arrojaron las armas al momento, de ser atacados por los Urbanos, y que
los cuatro que pudieron huirse, aunque heridos, no llevaron ninguna, quedando
por consiguienté todas ó la mayor parte en poder de nuestra tropa. He dispuesto
que los Concejos de Buzmayor, Visuña y las Cruces (del Reino de Galicia estas
dos) verificasen en el dia de ayer un reconocimiento escrupuloso del monte
faro, siguiendo los rastros de sangre de los heridos, por ver si se hallaba
alguno de estos perdido por dicho monte, descarriadas algunas armas , que con
la premura de la acción no pudo verificarse aquel como era de desear; de todo
lo que espero aviso por los pedáneos de Buzmayór, Visuña y Cruces. = Es cuanto
tengo que decir á V. S. en resumen de la jornada del 15 del corriente, cuyo
recuerdo hará siempre honor á los Urbanos de esta Villa que con tanto denuedo y
constante vizarría defendieron las armas de Nuestra adorada Reina."
El que intentare pisar con planta inmunda el terreno de la Provincia de León , en cualquiera de sus ángulos, yá sabe la suerte que le espera. =Leon 19 de Diciembre de 1834. = Jacinto Manrique, Gobierno civil de la Provincia de León.
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