En el periódico
elaborado por la Comisión de Fiestas y el Ayuntamiento con motivo de la Encina
aparece el programa entre otros artículos y entrevistas de sociedad y política.
Destaca una desenfadada editorial, firmada por Ignacio Linares, “Días de
festejo, vacación, verbena y zarandajo”, que deja a las claras su ruptura con
las presentaciones “ortodoxas” de las fiestas. Hasta el punto que se permite
hacer chistes con el presidente del gobierno: “Para triste, Calvo (atún,
¡claro!, no el Sotelo)…”. O incluso aconsejar al vecindario: “Beba cuanto le
pete, cante hasta el amanecer y con el cuerpo morón recuerda al llegar el alba,
a los de la Comisión”.
Sin embargo, hemos recogido un artículo de portada, lo firma el alcalde y lleva por título “Difícil democracia”.
Un discurso centrado en clave nacional y municipalista, pero no local (si entendemos por ello la ciudad de Ponferrada), que apela a una defensa del sistema democrático. El contexto viene marcado por una transición que no termina y la intentona golpista de Tejero y por el desencanto o la desafección ante un cambio que no satisface todos los anhelos de cambio o no es capaz de solucionar todos los problemas.Independientemente de
la opinión que cada uno pueda tener del texto o del autor, es un reflejo
interesante de la época y la politización que se vive. Llama la atención la
forma de designar a la dictadura franquista cómo “etapa pre-democrática”.
A continuación lo
reproducimos completo:
“Difícil
democracia
Es frecuente escuchar
que la democracia no ha mejorado las cosas en España. Los que hablan de ese
modo esperaban, al parecer, que por arte de magia, la democracia remediase
todos los males de nuestro país. Confiaban en que unos meses, o como máximo un
año o dos, de democracia nos podrían al nivel de los países más adelantados de
Europa.
Pero la democracia no
surge de repente. No son suficientes unas elecciones libres para que podamos
considerarnos instalados en la democracia. Esos países de Europa a los que
muchos miran como modelo, necesitaron muchos años de ejercicio democrático para
alcanzar el nivel de libertad y progreso
que hoy disfrutan, y para ello tuvieron que enfrentarse con una gran fe.
Tendrán que pasar
bastantes años antes de que podamos considerarnos un país verdaderamente
democrático. Democracia es aprender a vivir respetándonos unos a otros, y eso
cuesta… especialmente a los que nunca se educaron para ese respeto mutuo,
respeto que sólo irá surgiendo a medida que se vaya profundizando en el
ejercicio de la democracia.
No es la constancia
nuestra cualidad más característica. El escepticismo de unos y el cinismo de
otros, hacen muy frecuente el derrotismo en nuestro país. Hay quienes dicen que
antes se vivía mejor, sin caer en la cuenta de que todos los males de España
son muy antiguos y que hace falta mucho trabajo y mucha paciencia para
solucionar nuestros problemas.
No vamos a negar que
durante la etapa pre-democrática se trabajó y que incluso se consiguieron
realizaciones importantes. Pero las decisiones se tomaban sin consultar al
pueblo, sin conocer realmente sus necesidades y, sobre todo, sus aspiraciones,
y toda persona que desempeña una función pública que no está sometida a una
crítica libre, tiende a enfocar los problemas desde un punto de vista personal,
muchas veces erróneo. La democracia permite esa crítica y una severa vigilancia
sobre las personas que ostentan cargos públicos, quienes, aunque sólo por eso
fuera, ya cuidan mucho sus decisiones y su actuación general.
La democracia llevada a
los municipios, está consiguiendo que los problemas de los ciudadano y, a su
vez, los vecinos tienen libertad para hacer llegar a sus representantes sus
necesidades y aspiraciones, e incluso, acceso al propio Ayuntamiento para
plantear sus problemas, y formular sus reclamaciones. Ha acercado a alcaldes y
concejales al pueblo y ha creado en ellos la convicción de que son servidores
del pueblos por el que han sido elegidos y al que tendrán que rendir cuentas de
su gestión, y que su misión consiste en buscar lo mejor para la ciudad y sus
habitantes, sin privilegios para nadie, pero preocupándose siempre, de forma
especial, de aquellos que la sociedad ha tratado injustamente hasta ahora.
La democracia la
estamos creando entre todos, y la estamos creando con grandes dificultades, con
vacilaciones y tropiezos, pero trabajando sin desmayo, y con la absoluta
confianza en que traerá lo mejor para nuestro país.
Sólo con honradez, con
respeto a los demás y con esfuerzos contantes conseguiremos vivir en democracia
y libertad. Y sólo con libertad y democracia se conseguirá que la vida de los
españoles sea más justa y alcance una mayor igualdad.
Celso
López Gavela
Alcalde
de Ponferrada”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario