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miércoles, 24 de agosto de 2022

La “gran huelga minera” de 1972 en MSP de Laciana

A comienzos de 1973 el periódico Información Española haciendo balance del año previo calificaba cómo la “gran huelga minera del año” la vivida en la MSP de Laciana en 1972. Una movilización que es la gran desconocida, o la gran olvidada, solapada en un mina de luchas, algunas tan remarcados cómo la de 1934, 1962, 1992 o 2012.

Poco antes, desde el mismo corazón de la cuenca minera salía una carta para la Radio Pirenaica que se preguntaba “¿Cómo se hizo y porque ha sido posible dos meses de huelga? (…) ¿Cómo ha sido posible volver victoriosos sin despedidos ni represaliados?”. Veámoslo.

En la mina se denomina atacar a la acción de preparar y cargar de explosivos en los barrenos perforados para detonarlos. Podríamos decir, que la labor que los militantes hacen durante los días previos a una huelga es algo parecido. Reuniones, con mayor o menor fortuna, cambios de impresiones, conversaciones en el bar entre vino y cartas, y otras más serias entre en el monte, entre urces y escobas. Las huelgas surgen espontáneamente, pero no se improvisan, se han ido preparando minuciosamente.

Durante el invierno diversas movilizaciones arrancan el transporte gratuito en MSP y exigen participar en la Ordenanza Laboral de la minería. También reclamaciones con escritos firmados se apoyan en los enlaces electos, infiltrados en el aparato del vertical. La tensión es palpable por la subida de precios de productos básicos.

La huelga se lleva preparando durante un año, asambleas, discusión de documentos, entrevistas con el ministro y debate en los grupos con una comisión que luego negocia el convenio. Los militantes habían sacado lecciones de la huelga de la antracita del año anterior que acabó con despidos por falta de preparación y aprovechamiento de las posibilidades legales.

El 1 de abril comienza el mes y la huelga, los obreros son ordenados hasta para eso. 45 trabajadores de Carrasconte paran. El conflicto surge por el malestar ante las diferencias salariales entre las mismas categorías en distintos grupos. La gente de exterior decide ir a la huelga con apoyo de los destajistas. El lunes 3 la semana laboral tampoco comienza en Lumajo, Servicios Grupo Este y Talleres Mecánicos y Eléctricos de Villaseca. Ya son 411 huelguistas. La empresa maniobra y mejora a caballistas y ayudantes mineros, pero no al resto. Trata de dividir. Las negociaciones se rompen. Al día siguiente una Asamblea de Enlaces en la que participa el Delegado Provincial del Combustible se reúne en Villablino. Los mineros exigen 70 pts. de aumentos para el personal de interior y 100 para el de exterior.

Los vocales obreros llevan las peticiones al Jurado de Empresa. La MSP pide normalidad laboral para negociar, lo que es respondido con un paro general el día 7 que afecta a 2.108 mineros. Esa tarde se reúne la Unión Local de Trabajadores y Técnicos, presidida por Benjamín Rubio, con el Vicesecretario Provincial de Ordenación Social. Las autoridades se sientan con los mineros de Carrasconte y Lumajo y nuevamente exigen normalidad. A partir del 10 se va reanudando el trabajo a la espera de la reunión del Jurado el día 17.

La Minero ofrece 40 pts. ligadas a la asistencia y nada para el exterior, únicamente revisar los salarios de 30 trabajadores. No apaga el fuego, le echa más carbón. Al día siguiente Carrasconte y Lumajo vuelven a la huelga y el miércoles 19 se vuelve general en Laciana y Toreno. La empresa rechaza negociar en situación conflictiva, retira su oferta y plantea un lock out hasta el 2 de mayo. Los enlaces proponen volver al trabajo para negociar, sin embargo las asambleas en los distintos grupos lo rechazan hasta que no se acepte su propuesta. MSP emplea una nueva táctica, utiliza a trabajadores portugueses, del servicio militar y a vigilantes cómo esquiroles, los obreros de conservación dicen que si van los portugueses, ellos no entran a la conservación.

En los siguientes días se producen nuevas deliberaciones ante la cerrazón de la empresa. Los mineros solicitan una reunión a Ramón Torre, director de MSP en Ponferrada. Asisten los enlaces Benjamín Rubio y José Rodríguez. La empresa veta la entrada a Rodríguez. A la salida Rubio apuesta por “cortar la huelga y plantearla más adelante”. En la asamblea de Calderón piden explicaciones por lo sucedido, los trabajadores no están de acuerdo y deciden continuar el paro.

El día 3 en Ponferrada se consigue un preacuerdo, una postura intermedia que conlleva subidas salariales de 40 pts. y 20 más para el exterior. Sin embargo, el teléfono suena desde Madrid, las órdenes son claras, “exigencia total de la normalidad, sin condiciones de ninguna clase y con retirada de sus ofertas”. Ramón Torre se desdice, los trabajadores no. La huelga continúa. Al día siguiente la empresa se plantea cerrar las explotaciones hasta el 16 de mayo, piensa en despidos y sanciones.

Esa maniobra, sin embargo, favorece a los trabajadores que a pesar de la carestía de la vida y mientras a la compañía le han subido los precios del carbón es ella quien se cierra al dialogo. El capitán de la Guardia Civil se opone a la llegada de refuerzos, dice “comprender la justeza” de las propuestas obreras y envía informes favorables. Se cae el carácter político que argumenta la MSP para justificar la represión.

Se producen nuevas asambleas en las que participa el asesor jurídico, Carro, y más de 300 mineros representando a los grupos. El primer trabajador en intervenir propone volver al trabajo, el resto lo abuchean. Se decide continuar la huelga. El Delegado Provincial de Sindicatos convoca al Comité Ejecutivo provincial, a la empresa y a la comisión obrera. En algunas bocaminas aparece cebada. MSP pide que se envíe a la fuerza pública. El sargento se niega, dice que eso se produce cuando hay esquiroles y no es el caso. Los trabajadores mantienen el pulso.

A finales de mayo el gobierno toma la decisión, acuerda la subida. Los enlaces van a los grupos y la explican, en algunos se apoya de “forma unánime”, en otros, cómo en Villaseca, se vota con un 85% de votos a favor del acuerdo. Los mineros de Laciana desarrollan prácticas democráticas en el marco de una asfixiante dictadura, imponen por la vía de los hechos lo que el franquismo les niega por derecho.

Entre el sábado 3 de junio y el lunes 5 los 2.400 trabajadores de las plantillas de MSP en Laciana y Toreno vuelven al trabajo. Subida salarial y cero despidos. A pesar de ello, una huelga tan larga supone un desgaste para los trabajadores, problemas económicos y enfrentamientos en medio de una situación de máxima tensión. Las Comisiones Obreras salen fortalecidas en su forma de reivindicar y en los éxitos cosechados, es una huelga que preparan y dirigen. A pesar de ello se produce una división en su seno. Para algunos es o “todo o nada”. Otros valoran que “no se puede ir a cada huelga, como a una batalla final”.

Un grupo minoritario de mineros radicalizados, vinculados a la organización católica  “Vanguardia Obrera” exige la dimisión de los enlaces. El PCE los acusa de izquierdistas y estos los tachan de esquiroles por promover la vuelta al trabajo tras 2 meses. Los comunistas valoran el “volver al trabajo unidos y con una victoria parcial, pero en el fondo una victoria”, tienen muy presente la huelga de la antracita del año anterior.

El aislamiento de esta zona es un hándicap que no pasará por alto Mundo Obrero que refleja la “admiración” para con “este valeroso sector de la clase obrera” y llama a la solidaridad activa. En Bélgica se recaudan 50.000 francos de los españoles residentes en la cuenca minera de Lieja a través del Club García Lorca.

En 1972 se pierden un millón de horas en huelgas en la provincia de León y se dejan de percibir 60 millones de pts. en sueldos. Las movilizaciones van forjando un proceso de unidad de la clase obrera que se construye en torno al movimiento de las CC.OO. La mayoría de los conflictos tienen lugar en el combustible (13 de 14). Entre ellos destaca el conflicto de MSP que supera los dos meses. Una huelga que dejará un poso organizativo en las Comisiones Obreras, pues según José Rodríguez, que años después será secretario provincial del sindicato tras la legalización, reconoce que “a partir de ahí despegamos”.

 

 

 

 

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