Este sábado 2 de abril de 2022, en la Casa de Cultura de Toreno tendrá lugar un homenaje a José Manuel Buján Álvarez, coincidiendo con el décimo aniversario de su fallecimiento. Comisiones Obreras y el Ayuntamiento de Toreno, su pueblo y su sindicato, le rendirán homenaje al abogado laboralista que llegó a miembro del Tribunal Superior de Justicia de Asturias.
El acto, que se desarrollará
en la Casa de Cultura a partir de las 12’30, servirá para dar el nombre de José
Manuel Buján Álvarez a la Casa de la Cultura municipal.
Coincidiendo con esta actividad, desde Nuestra Historia, queremos recuperar un artículo-entrevista realizado por Juan Cidacos. Corresponde al número 9 de la revista “Resistencia. Memoria del colectivo de resistentes antifranquistas en León” publicada en Junio de 2007 y que transcribimos en su totalidad a continuación:
“Aproximaciones a la Historia de la Resistencia
JOSÉ
MANUEL BUJÁN ÁLVAREZ: SER PESIMISTA RESTA CAPACIDAD TRANSFORMADORA
Nació en Toreno del Sil
(León) el 18 de Marzo de 1949. Su padre, Delfín Buján, era de Lugo y fue
picador en las minas de Antracitas de Diego Pérez, en Fabero, en la MSP del
Grupo Toreno y finalmente en Antracitas Gaiztarro, también en Toreno. Murió de
silicosis en 1994, enfermedad que le había obligado a retirarse a la edad de 48
años.
Su madre, Honorina
Álvarez Colinas, de Toreno, fallecida en 2000, se casó con Delfín siendo viuda
de José Mallo, con quien había tenido una hija, Leonor, hoy la única hermana de
José Manuel. Cuando tenía 27 años y la niña dos, al comienzo de la guerra
civil, José Mallo fue “paseado”, en el paraje conocido como “Pozo Malpelo,” por
una partida de falangistas que quisieron justificar su crimen con la acusación,
nunca demostrada, de que formaba parte de un grupo de mineros que había
saqueado una tienda de comestibles de Matarrosa del Sil durante la reolución de
1934. José Manuel reserva para sí los nombres de los asesinos, que siempre ha
conocido.
Comenta que el cura de
Toreno no permitió que la familia enterrara el cadáver de José en el cementerio,
con el pretexto de que había sido comunista. Su madre guardó luto y amargura
durante toda su vida por aquel asesinato. Estas circunstancias condicionaron el
ambiente familiar y pesaron en la forma de ser de José Manuel.
A pesar del miedo con
el que su madre vivió siempre, recuerda que, teniendo él 5 o 6 años, cuando ya
en su casa habían dejado de alumbrarse con el candil de carburo que su padre
usaba en la mina y disponían de electricidad, todas las noches se producía un
extraño ritual cuyo sentido comprendió años después: con sigilo iban
apareciendo en su casa algunos vecinos (no ha olvidado a los más asiduos, Pedro
Rodríguez “Bacalao” y Catalina) a escuchar la radio. Cuando habían llegado
todos, cerraban las puertas y sintonizaban entre interferencias, hasta que oían
un anuncio: “Aquí Radio España Independiente, Estación Pirenaica, la única
emisora de España sin censura de Franco“. Con brillo en sus ojos recuerda a
Pedro, a quien los falangistas habían ido a buscar el día de las Candelas para
enterrarlo vivo, pero que avisado por un vecino tuvo tiempo de esconderse.
Desde entonces siempre se emborrachaba ese día, para celebrar “su segundo
nacimiento”. Catalina también había estado algunas noches oculta en el vaso de
una noria.
Con 10 años, José (como
es conocido en Toreno) terminó la escuela. Fue monaguillo porque su casa estaba
al lado de la Iglesia y recibió clases particulares de un maestro muy querido
en Toreno, don Manolo, al que en su día se tributó un homenaje. Por influencia
del cura y como tantos niños cuyos padres querían que se libraran del duro oficio
de minero, fue al Seminario. Al de Astorga desde 1959 hasta 1963, luego al de
La Bañeza y de nuevo al de Astorga hasta 1966. En ese año abandonó el Seminario
y se matriculó en el Instituto Padre Isla de León, cursando 6º, Reválida,
Preuniversitario y Pruebas de Madurez.
Para esa fecha ya reconoce que había adquirido conciencia política: la sitúa en las conversaciones que sostenía con los jóvenes universitarios que acudían a los campos de trabajo del Bierzo, en 1964 y en sus contactos con Javier Sotuela, el cura de Matarrosa, Miguel Rubio cura de Flores del Sil, Francisco Beltrán, cura de San Antonio de Ponferrada y Pepe Álvarez de Paz (“Chumbi”) posteriormente diputado socialista, cura también en Ponferrada. Después conoció al dirigente minero Benjamín Rubio, al que considera un excelente amigo y para el que en breve quiere prologar su libro de Memorias.
En septiembre de 1966
se trasladó a Madrid para estudiar Ciencias Políticas, que terminó en 1971. Allí
tuvo relación con la FUDE (Federación Universitaria Democrática de Estudiantes)
y con el SDEUM (Sindicato Democrático de Estudiantes de la Universidad de
Madrid). En los veranos colaboraba con el Partido Comunista en Fabero y Lillo,.
En 1968 sufrió un
episodio represivo: aludió a los Derechos Humanos en la charla de homenaje al maestro
don Manolo y fue detenido por la Guardia Civil de Toreno por orden directa del
entonces Gobernador Civil de León, Luis Ameijide Aguiar (“don Cenón”). Gracias
a la ayuda de algunos vecinos, entre ellos el panadero Andrés Rodríguez (cuyo
padre, Luis, había sido militante socialista en Toreno “y que tanta hambre
quitó a los vecinos durante la guerra civil”, dice), todo se quedó en un susto.
Cuando terminó
Políticas le tocó ir a la “mili”. Ante el agobio que le producía la perspectiva
de perder 18 meses, un amigo le aconsejó que se matriculara en otra carrera y
él eligió Derecho, “que no me gustaba, me parecía una carrera muy aburrida”. Pero
obtuvo la licenciatura en 3 años. En 1974 ya era abogado.
Al principio siguió en
Madrid, sobreviviendo con clases de latín y colaborando con Comisiones Obreras
y con el PCE. En 1975 desarrollaba gran actividad con Comisiones Obreras de
Fabero y Lillo: recuerda con afecto a Valerio de la Sierra, que tenía un bar en
Lillo, a Octavio Quiroga, a Primitivo y Henar. En 1976, Benjamín Rubio le
propuso que ejerciera como abogado para CC.OO. y el Partido. Entonces el
responsable de CC.OO. en el Bierzo era Daniel Fernández Taladriz. José evoca
nuevos nombres de los camaradas de entonces: el psiquiatra Conrado Vidal,
Ramiro Pol, Pepe el Tapicero, Ramón de Endesa, Julio de Feve...
En 1977, estando en
CC.OO. de Ponferrada, en las primeras elecciones democráticas participó en
mítines al lado de los dirigentes comunistas de entonces, como Roberto Merino,
Manuel Azcárate y Benjamín Rubio. Al año siguiente se trasladó a León para
seguir trabajando en Comisiones en un ámbito provincial. Recuerda a Justino Salas,
Casimiro González, Ángel Villa, Ángel Laguna, a los abogados Azucena y Fernando
de los Mozos, a Luis Simarro y María Jesús, a David López, Emeterio Morán,
Arturo Sabio, Gerardo Pertejo y a Víctor Bayón.
El 24 de julio de 1978,
estando en León, se casó con Maite Coladas, leonesa, con quien convive en
Oviedo, adonde se trasladó en 1979. En 1981 tuvieron un hijo, Sergio, que
estudia Comunicación Audiovisual y Periodismo en Salamanca. Siguió trabajando
como abogado, siendo el responsable de los servicios jurídicos del Sindicato en
Asturias. Trató con Horacio Fernández Igüanzo (“El Paisano”), Gerardo Iglesias,
con quien sigue manteniendo estrecha amistad, más tarde con Gaspar Llamazares...
y ostentó cargos orgánicos tanto en el PCA como en CC.OO. hasta que en 2000, a
propuesta de Izquierda Unida ratificada por el Parlamento Regional del
Principado de Asturias, fue elegido, como jurista de reconocido prestigio,
Magistrado del Tribunal Superior de Justicia de Asturias por el Consejo General
del Poder Judicial, cometido que continúa ejerciendo y que por imperativos
legales le impide mantener militancia alguna.
Desde que en 2000
ingresó en la Judicatura pertenece a la Asociación JUECES PARA LA DEMOCRACIA
(JpD), en la que ha sido miembro del Secretariado Nacional y actualmente es
coordinador en Asturias.
“No milito pero sigo
fiel a mis principios”, defiende. Y lo demuestra cuando se le pregunta su
visión de la situación política actual. Entonces su respuesta es la de un
hombre de acción: “ser pesimista resta capacidad transformadora”. Es optimista
porque piensa que aún se puede cambiar la sociedad, hacer que sea más humana,
más solidaria, más igualitaria, algo que, dice, ”sólo se conseguirá con la
unidad de las izquierdas”.
JUAN
CIDACOS”
No hay comentarios:
Publicar un comentario