El
valle del Sil, y en concreto Matarrosa, “es una de las zonas más
características de la minería española”. Una cuenca en la que el catolicismo
militante liderado por el párroco Javier Rodríguez Sotuela, tiene una fuerte
influencia.
A continuación reproducimos algunos fragmentos del periódico y aquí podemos leer el periódico completo.
La
calidad del mismo no es la deseable, pero es legible. Esperamos que les resulte
de interés.
….
Día 7. La iglesia hoy. Publicación
Diocesana de Astorga. 22 de enero de 1967, Nº 932.
“EL SIL DEL CARBÓN
Testimonio
de la minería en el Bierzo
A
Matarrosa del Síl se sube desde Ponferrada en un tren de vía estrecha,
perteneciente a la Minero. (…)
La máquina del tren tiraba
asmática. Frente a mí una mujer, dos, tres. Eran mujeres de mineros.
-
Soy de Santa Cruz. No tenemos escuelas y
los 60 chavales andan sueltos o metidos en una bodega, casi un sótano.
En el
departamento de al lado vienen unos chicos. Hablan del <<profe>>.
-
Son muchachos de Matarrosa que bajan a
diario a la Escuela Profesional <<Virgen de la Encina>>, de
Ponferrada
Yo me pregunto [afirma
el articulista] ¿Por qué no habrá otro aquí en Matarrosa o en Toreno
Otra
mujer del departamento me contesta.
-
Hace
20 años hubo en Matarrosa clases nocturnas.
Un
minero sube de Ponferrada. Ha bajado al médico. Y ase sabe las cosas de la
mina. El polvo dichoso, la silicosis.
El
obrero pálido, con ojeras me dice:
-
En
Ponferrada, a nuestros hijos los desclasan. Nos los hacen yeyés del pueblo.
Y
en su voz había preocupación.
-Yo ya se algo de esto.
Cuando el paro obrero tuve que someterme a un curso de formación profesional
acelerada
(…)
Mirando
por la ventana vemos las edificaciones de Alinos, el botiquín las oficinas de
El Escandal. Veíamos unas lucecitas intensas, casi violetas.
-
Son
los carburos de los mineros.
Y
así imaginamos un hombre negro, con gruesos calcetines, botas de goma, guantes
de cuero, una boina – no les dan casco- y el <<carburo>>”
En
páginas interiores encontramos otros artículos especialmente reivindicativos:
“REFLEXIÓN
SOBRE MATARROSA
En
Matarrosa me pareció ver un ambiente feroz de escapismo (…) todos parece que
están deseando escapar de sí mismos, de su propia vida, del pozo amargo en que
se queman los días de su vida.” El autor, afirma que dadas estas condiciones es
explicable que su fe religiosa y es “imposible que les cuadre (…) la piedad
cristiana”.
(…)
Luego
en la mina las cosas no van como deberían ir. En Matarrosa me acordé del
Evangelio aquel de San Mateo y de San Lucas que hablan de la justicia y la
bienaventuranza de los pobres… Es tremendo que pagar el esfuerzo y el dolor de
los hombres, el Dios sea el rendimiento, y muchas veces, los que los que más
necesidades tienen son los que menos cobran, porque ya no son jóvenes
precisamente y los años no perdonan al músculo. El salario no va en proporción
a necesidades sino en proporción a rendimientos, como si los hijos tuvieran
menos hambre a medida que sus padres van teniendo menos fuerza en los brazos.
(…)
No
se trata de repartir culpas, sino responsabilidades (…) Lo que si es –para
mí-suficientemente claro es que Dios no quiere que el mundo de sus hijos sea
así. <
Luis
González Morán.”
“MATARROSA
DEL SIL ES UNA DE LAS ZONAS MÁS CARACTERÍSTICAS DE LA MINERÍA ESPAÑOLA”
Este
reportaje nos deja diversos titulares como los siguientes:
“Todos queremos irnos. Esto da dinero pero nos
lleva la vida”.
“<<La
producción es el verdadero Dios que nadie debe ultrajar>> Hay un
vigilante por cada 12 mineros”
“Que
los curas no sean palabreros ni farsantes”.
Además,
el periódico hace mención a que en el salón parroquial de Matarrosa en una
pared un mural ``rezaba´´: “Tenemos deberes, tenemos derechos. Hartos de
palabras, queremos hechos”.
Otro
titular “Una cosa es divertirse y otra comprar diversión en una taquilla”.
Denunciando las faltas de alternativas de ocio para la juventud.
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