Una huelga de cine en Villafranca del Bierzo, 1967

La relación de Villafranca del Bierzo con el cine viene de largo. Aunque no mucha gente lo sabe, Mariano Díez Tobar, un fraile burgalés que pasó dos décadas en la villa del Burbia como profesor, fue el precursor del cinematógrafo. Una genialidad que regalaría a los hermanos Lumière y que se convertiría en mundialmente famosa.

En El Bierzo la oposición al franquismo a partir de los años 60 la impulsaron, y protagonizaron, los colectivos laborales más movilizados como la minería, el metal o las centrales térmicas. Sin embargo, en esta zona se registran distintas muestras de desafección o protestas de baja intensidad, que tendrán diferentes expresiones.

Quizás la más curiosa fue una huelga de cine que se desarrolla durante un mes en Villafranca para evitar la subida de las entradas. La protesta hace perder 150.000 pts. al propietario de la sala que finalmente desiste de su propósito.

Un informe clandestino que desde León sale hacía la dirección del Partido Comunista de España en el exilio el día de la Encina de 1967 lo explica. El texto mecanografiado y microfilmado, se conserva en el archivo del PCE en Madrid. En él se analizan las dificultades de los opositores a la dictadura para organizarse en Villafranca. Sin embargo, consideran que esa acción forma parte de esos “detalles notables pero esporádicos” que podrían contribuir a acabar con esa “situación paralizante”. Así lo describe:

“El más importante fue una ``huelga´´ total de cine. Boicotearon casi un mes el cine y la hicieron perder al dueño 150.000 pts. obligándole a que no subiera los precios, intervino la guardia civil y detuvo a varios”.

En general las posibilidades de impulsar un movimiento antifranquista organizado en Villafranca son reducidas por su estructura económica y social de núcleo comercial y agrícola que, además, ha sufrido una importante pérdida de población. Esta emigración señala la comunicación ha “solucionado el paro agrícola”. El origen está en una economía de subsistencia en la que malviven campesinos pobres a los que “el huerto les da de comer, [y] la viña les proporciona dinero para ropa, etc”.

El informe señala que “un camarada” creó un grupo de teatro que aglutinaba a distintos sectores de la juventud, politizados, religiosos de la acción católica, no politizados pero disconformes, sin embargo por las circunstancias de los pueblos y la “falta de táctica” se crearon divisiones.

En la carta mencionada, titulada “Datos facilitados por los estudiantes” se informa de la introducción de folletos relacionados con la temática del campo y 15 libros de Santiago (entendemos Carrillo). En esos momentos el partido tiene una célula, pero sin trabajo de masas, con lo cual “esto los disgrega”, motivo por el cual quería empezar a crear una asociación al amparo de los locales de la Acción Católica.

Una pequeña anécdota sobre la gran pantalla en una villa muy cinematográfica, que merece ser rescatada y proyectada a la memoria del presente.