Hoy en “Nuestra
Historia, El Bierzo y Laciana” vamos a presentar como se vivieron estos hechos
en la comarca berciana en general y en Ponferrada en particular, y las
repercusiones que tuvieron en los años posteriores durante el denominado
“sexenio revolucionario” o “sexenio democrático”.
Partiremos del artículo “1868-1874. La Ponferrada "Revolucionaria"” del historiador Miguel José García González, más conocido como “Jota”, de cuyas informaciones nos hemos valido para escribir las líneas que podemos ver a continuación.
En los años 60 del s.
XIX la comarca berciana, y Ponferrada, vive un periodo de crecimiento económico
por la plaga de filoxera que había atravesado a la producción vitivinícola
francesa. Este hecho estimuló el crecimiento de una rica burguesía que
reclamaba un desarrollo de las comunicaciones para dar salida a los excedentes
agrarios. Un ejemplo claro sería el de
Isidro Rueda, alcalde entre 1863 y 1965, que consigue el desvío de la carretera
Madrid-Coruña por Ponferrada, entre otros hitos que serían el comienzo de las
obras de la carretera a Orense o a Asturias o la concesión de los tramos ferroviarios
Palencia-Ponferrada y Ponferrada-La Coruña.
Un periodo de bonanza
que se ve truncado entre 1867 y 1869 por la seguía y la crisis que genera. Los
sectores progresistas de la burguesía, y sus intereses modernizadores,
"flaquean", la desamortización crece. Además, a la miseria jornalera
se le une, a ojos de los burgueses, la presencia "amenazadora" de los
obreros del ferrocarril. La burguesía comercial vive un repliegue rentista, haciéndose
gestores de foros.
No es hasta el 24 de
septiembre de 1868 cuando llegan a la villa berciana los ecos del levantamiento
producido una semana antes en Cádiz y que derrocaron a Isabel II. En ese
momento la tradición española de formación de juntas toma forma en la “Junta
revolucionaria” que preside Luis San Juan en Ponferrada.
El manifiesto que
lanzan explica a la población que "llegó el día para todos deseado".
Y ensalza la valerosa acción de la marina en Cádiz. Pone esperanzas en el nuevo
régimen como garantía de "reconquistar los derechos" arrebatados por
la "tiranía". Además, anuncia la constitución de la Junta
Revolucionaria y muestra su confianza en el nuevo gobierno. Concluye con una
proclama:
"Vercianos
Descansad en el celo y
amor a la Soberanía Nacional de los individuos de esta Junta
Vercianos
Viva la Libertad. Viva
la Soberanía Nacional. Abajo lo existente.”
El 2 de octubre exigen
la supresión de la corporación municipal y su elección por sufragio universal
en unas elecciones que tendrán lugar dos días después y que eligen a Isidro
Rueda como alcalde. Es así como Ponferrada entra en la historia revolucionaria
de España con la elección de la primera Corporación municipal, junto con la de
Madrid, en constituirse por sufragio universal.
El nuevo gobierno
municipal defiende las banderas del "progreso" y la
"libertad", a las que unen reivindicaciones propias de la revolución
burguesa como el respeto a la propiedad privada, el trabajo y los derechos
individuales. El proceso de descentralización del poder se palpa en la creación
de la figura del alcalde de barrio, uno por cada uno de los 4 distritos en que
se divide la villa. Además, en beneficio de la burguesía ponferradina, que
lidera el consistorio, se alquilan los “Bienes de Propios” para tratar de
reducir el déficit municipal.
Sin embargo los
problemas no se harán esperar. Las tiranteces con el Gobernador llegarán a
hechos tan insólitos como la quema de un maniquí de Daniel Valdés Barrio tras
su derrota electoral frente al poeta y abogado ponferradino Adriano Curiel Castro.
La situación económica
se agrava, ahora con lluvias huracanadas. El pueblo trabajador se niega a pagar
los nuevos impuestos “fundándose en la imposibilidad de pagarlo y en la creencia
inspirada por la revolución de alcanzar economías”. El Gobernador reprime las
protestas con la fuerza armada y la corporación municipal dimiten alegando que
“es una resolución inspirada por la más noble de las ideas, la de su propia
dignidad, el del respeto al del Sufragio Universal, por la más santa de las
causas”.
Los avances vienen
seguidos de las trabas de la reacción. Cuando se promulga la Constitución de
1869 el clero se niega a jurarla. En Paradosolana los carlistas organizan una
partida que se irán extendiendo por otras zonas de la comarca. Incluso, en
ocasiones, como en Vega de Valcárcel, atacan las obras del ferrocarril.
La situación de la
economía municipal no remonta, las deudas continúan y la inestabilidad política
también. El aumento de la presión fiscal y las dimisiones son continuas y un
reflejo de esa tensión.
En estos momentos el
ayuntamiento ponferradino absorbe otros cercanos como el de Toral de Merayo y
Rimor o el de Columbrianos, convirtiéndose ahora en el más poblado de El Bierzo
con 6647 habitantes en el censo de 1877.
El 12 de febrero de
1873 se recibe la noticia de la proclamación, el día anterior, de la I
República española, y se forma una nueva Junta que exige la dimisión del
gobierno municipal "por no haber en él más de dos republicanos”.
La nueva corporación
continúa con una gran representación de los propietarios de la localidad y el
"Gremio de vinateros". A pesar de nuevos arriendos, el equipo
municipal continúa con la deuda con Hacienda y el enfrentamiento con los
vecinos por la presión fiscal.
La burguesía
ponferradina se vuelve hacia posiciones conservadoras frente al nuevo régimen.
“La revolución en la revolución" no se lleva a término y esa falta de
avances sociales se materializa en un distanciamiento popular del sistema
constitucional.
La Junta provincial
leonesa, reflexionaba en el Censo de 1877 (ya bajo el régimen de la
restauración borbónica) en estos términos:
“¿Qué causas pueden
producir tantos y tan deplorables fenómenos en aquella región (El Bierzo) de
suelo fértil y privilegiado, de templado y hermoso clima, de cielo puro y
alegre, y donde, al parecer, todo se desarrolla y vive con lozanía menos la
especie humana?”
Las estadísticas de
atraso económico, social y cultural estaban tristemente marcadas por esta
comarca.
No hay comentarios:
Publicar un comentario