La convivencia entre los dos mundos, el agrícola tradicional, y el moderno industrial, se reflejará en la vida cotidiana de las gentes de los pueblos. Entre los años 1926 y 1930, menciona Eloy Terrón que un campesino de Fabero solía decir, “Levantaros, que vamos a segar la hierba, pues acabo de oír pitar el tren en Corbón!”.
La frase está relacionada con el anticiclón europeo que empuja el
viento del nordeste donde está ubicada dicha población del Sil. La sabiduría
popular permitió desarrollar esta forma artesanal de predicción del tiempo. El
anticiclón asegura tiempo estable, ideal para la siega de la hierba, evitando
que “la coja el agua” y se estropee.
No dejará de ser esta anécdota un ejemplo más de la coexistencia
entre un mundo agrícola que subsiste aunque pierde peso, entremezclado con la
modernización que supone el ferrocarril de la MSP. Esta, y otras anécdotas, y
análisis más profundos los recogió el profesor en su libro “Los trabajos y los hombres. La
desaparición de la cultura popular en Fabero del Bierzo”. Texto
del cual también hemos extraído la imagen de los colmeiros.
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