Pese al férreo control que se vivía en el campo y a pesar de los riesgos que implicaba, se han constatado distintas formas de protesta en el mismo. Acciones individuales y colectivas, con apoyo externo de parientes, vecinos o guerrilla, solidaridades familiares o sabotajes.
En el interior
del campo y acorde con la condición de ilegalidad, los presos irán conformando
pequeñas formas de organización y resistencia. Su conducta estará sometida a
códigos que remiten directamente a la cultura de las organizaciones
obreras que al carecer de mecanismos formales de elección y
representación, por las condiciones de reclusión y represión a la que
están sometidos los presos, serán sustituidas por el ascendiente en
base a la trayectoria militante previa y el
comportamiento con sus compañeros. Son los antiguos líderes de
organizaciones obreras y su trayectoria de lucha conocida entre los presos lo
que les permitía encabezar reivindicaciones.
Un ejemplo
será el minero ugetista Lorenzo Bañuelos. Este había sido el Presidente del Sindicato
Minero Castellano y de la Casa del Pueblo en Barruelo de Santullán y formaba
parte de las Juventudes Socialistas Unificadas. Había tomado parte activa en la
revolución de Octubre de 1934, por lo que fue detenido e ingresado en prisión,
donde permanecería hasta la amnistía decretada por el Frente Popular.
Organizador de las Milicias Populares, llegaría a ser Comandante del Batallón
Republicano nº 103 del Frente Norte. Tras su captura en Santander en agosto de
1937, será juzgado y condenado a pena de muerte, que le será conmutada.
De la cárcel de
Santander lo trasladan al campo de Fabero, donde se erige en líder natural de
los presos, protagonizando algunos episodios de resistencia. Motivo por el que
sufrió una dura represión en forma de castigos, palizas, racionamiento del
rancho y que incluso le podían haber costado la vida.
La carestía de
ropa y calzado desembocaron en protestas como la liderada por el propio Lorenzo
Bañuelos. Pese al riesgo, se hizo un traje con hojas de mazorcas de maíz que
les daban de comer a los cerdos, con este atuendo y descalzo, entró a la mina.
Esta reivindicación causó tal impacto en el Director del campo que solicitó al
Patronato Central ropa para los presos y sus familias.
Una forma más
de represión ideológica, que formaba parte del proceso de redención de la pena,
era la obligación de escuchar misa. El objetivo era la conformación de la nueva
mentalidad nacional-católica y, de paso, servir como castigo a los presos.
Estos debían formar en hileras de pie, mientras el párroco les contaba las
“bondades del régimen” y aprovechaba para insultarles. Ante este trato
vejatorio, en una ocasión, Lorenzo, tomó la decisión de darse la vuelta, dando
la espalda al cura. Los demás presos, al presenciar esta acción y uno a uno,
fueron girándose también como simbólica, pero tremendamente arriesgada, forma
de protesta.
La solidaridad
vecinal también jugó un papel destacado. En una ocasión un camión con reses enfermas fue
interceptado en las inmediaciones del campo por vecinos del pueblo. Las reses
estaban destinadas al sacrificio por la epidemia de epizootia de fiebre aftosa
que sufrirá el ganado de los términos municipales de Vega de Espinareda y
Fabero, en septiembre 1939, que se reproducirá durante años posteriores. Con
palos y “horquillos” al grito de “ladrón” (refiriéndose a la dirección del
campo) vecinos y vecinas de Fabero, jugándose la vida literalmente, impidieron
que el vehículo llegase a su destino: “alimentar” a los presos.
Los trabajadores
presos no tenían acceso a la libreta de abastecimiento que la empresa entregaba
a los libres. Sin embargo, a pesar del riesgo a perderla si eran descubiertos,
tenemos ejemplos como el del preso Rafael Sabugo, minero de Rabanal de Abajo
(Laciana), quien recuerda la ayuda de mineros libres como Benjamín Rubio, que
les dejaban la cartilla para comprar alimentos en el economato.
Las protestas y
la solidaridad, por primarias que fuesen, fueron formas de defender la vida en
un contexto en el que todo estaba más destinado a despreciarla. En un próximo
artículo, seguiremos ahondando en esta dura realidad.
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